Ejercicio 2: Narradores subjetivos en primera persona

Abel Amutxategi

En este ejercicio vamos a trabajar el punto de vista en primera persona.

Una de las mayores complicaciones que tiene el escribir en primera persona (al menos para mí) es limitar la narración sólo a lo que puede ver, saber o pensar nuestro personaje. Aunque visto de otro modo… esa es la gracia que tiene la primera persona, ¿verdad?

Es lo que nos permite hacer que el personaje dé una versión sesgada de los hechos que han sucedido en realidad, entregar esa realidad al lector filtrada a través de los sentimientos del personaje para hacerla más cercana… y sobre todo conseguir que el lector se identifique de un modo más rápido con el personaje narrador.

Pero vamos allá con el ejercicio:

Escribe una breve escena entre un cliente y un vendedor, en la que el cliente esté reclamando algo mientras el vendedor le intenta hacer ver que no tiene razón.

Escríbela dos veces: primero desde el punto de vista del cliente y luego desde el punto de vista del vendedor.

taller narrativa ejercicio aprender a escribir

Fíjate en cómo cambia la escena según quién la cuente. En cómo pasa el peso de la razón de un personaje a otro, en cómo lo que para uno es un gesto natural para el otro puede resultar violento, etc.

¿Te animas a compartir con nosotros lo que has escrito en los comentarios de esta entrada?

Gracias por leer…

 

57 comentarios en «Ejercicio 2: Narradores subjetivos en primera persona»

  1. Se acerco el cliente ante el mostrador y me dijo irritado:
    No me agrada estar aquí pero vine porque esta corbata no me queda bien, es muy largo, muy ancho, muy brillante, muy oscuro, en fin el peor regalo que he recibido en toda mi vida!
    Suavemente le conteste que las políticas de devoluciones son claras y no se pueden realizar cambios sin la factura.
    El dijo : Cree que no lo sé! Claro que lo sé! Pero no me importa ,me reusó a usarla y Usted tiene que resolver esto. Y siguió diciendo improperios hacia la mercadería de la tienda.
    Su manera enérgica de hablar me estaba irritando aceleradamente la sangre en mis venas, tratando de controlar la situación le mencione que la vendedora le explicara que cual fue la descripción que dio la mujer que compro la corbata, seguidamente hice venir a Loli ante el mostrador , ella con su manera dulce de hablar dijo:
    La señora que compro la corbata me hablo de un hombre romántico e intrépido que encendía la pasión en sus labios con un beso, y coincidimos las dos que esta era la más hermosa corbata para un hombre tan adorable, y luego Loli suspiro.
    El cliente cambio de expresión y luego dijo : Si definitivamente las cosas se parecen a su dueño.

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    Me acerque al mostrador en que estaba un chico de mediana estatura escribiendo sobre un libro, le dije: No me agrada estar aquí pero vine porque esta corbata no me queda bien, es muy larga, muy ancha, muy brillante, muy oscura, en fin el peor regalo que he recibido en toda mi vida!
    El chico me contesto con la consabida retahíla de palabras aprendidas de memoria que las políticas de devoluciones requieren la factura , y luego siguió escribiendo.
    Le conteste: Cree que no lo sé! Claro que lo sé! Pero no me importa ,me reusó a usarla y Usted tiene que resolver esto. Y seguí diciendo improperios hacia la mercadería de la tienda, que si los modelo son pasados de moda, que las costuras son burdas, que los colores son anticuados etc.
    Vi como mis palabras iban surgiendo un efecto en el rostro de el chico, sus mejillas comenzaron a enrojecerse ,me di cuenta que era el momento de conseguir mi acometido.
    En ese momento el vendedor trajo ante mí a una hermosa chica de ojos castaños, que hablo dulcemente y dijo una sarta de mentiras que mi esposa siempre dice cuando va a comprar ropa para mi, fue tan expresiva su forma de decirlo que no me quedo más opción que regresar a casa con la corbata…

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    • No estaba de humor, acababa de comprobar de después de darle cincuenta euros al carnicero, me había devuelto solo como si le hubiera pagado veinte. Tenía que regresar al puesto y reclamar el resto del dinero. Sobre todo, esperaba no tener que enfadarme, llevaba mucho tiempo comprando la carne allí y me gustaban los filetes que me ponía.
      Esperé a que no hubiera gente aunque el dependiente me dijo que me atendía si solo era un olvido. Desistí.
      Cuando llegó mi turno había un par de mujeres esperando, pero no me quedó más que comentarle lo que me había pasado.
      El se me quedó mirando serio y con toda la cara dura me dijo que no recordaba cuanto dinero le había dado. Me enfadé, ¿acaso pensaba que me iba a pringar por treinta meseros euros? Yo soy muy honrada.
      Él siguió en sus trece y yo impotente me di la vuelta. Algunas lágrimas de frustración surcaron mis ojos.

      Estaba terminando de despachar cuando apareció una de las clientas que se acababan de marchar. Quizás olvidó algo. Por cortesía y esperando que el resto no se me sublevaran le ofrecí la oportunidad de servirla si solo era un olvido, ella rechazo la invitación a colarla y esperó a que llegara su turno.
      Cuando le pregunté que deseaba y me comentó que yo le había devuelto mal el dinero, no supe que hacer. En principio yo soy un empleado y no puedo dar de la caja dinero a nadie. Intenté hacerle entender a aquella señora alterada que cuando se hiciera el arqueo, mi jefe le devolvería el dinero si era cierto. La mujer no quiso escucharme comenzó a increparme diciéndome que era muy honrada, cosa que no dudo. Al final se fue muy enfadada.
      Nunca más volví a verla para decirle que tenía razón y que tengo treinta euros en un sobre esperando a que aparezca. Yo también soy honrado.

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  2. Punto de vista del cliente:
    De verdad que estoy hasta las narices de que este tío del supermercado me de gato por liebre. Ayer me pasé para comprarle unas frutas y me aseguró que venían recién traídas de su huerta. De su huerta… ¿se figura que soy tonta? Yo sé perfectamente que vienen de Almería y que las guarda en el congelador para las tontas como yo. Seguro que a la señora del cuarto y a la del carnicero no se las vende. Tiene que ser a mí porque soy nueva y no tengo esa boquita que tienen ellas y porque me aguanto con todo lo que me dan por no armar un lío en la tienda. Pero un día de estos me va a oir; no volveré a comprarle aunque tenga que recorrer más de una manzana para ir a la otra. Y eso que la cuesta está empinada.
    Punto de vista del vendedor
    Vaya tía buena que viene últimamente por aquí. Debe ser nueva en el barrio y está que se sale con esa forma que tiene de mover su culito. Cuando habla apenas le sale un hilillo de voz pero me pone a doscientos. Creo que me la comería a cachitos sólo por ver si despierta. Seguro que en el fondo es una fiera. El otro día me montó un lío por unas manzanas que decía venían podridas por dentro: “No sabe lo mal que me sienta que cuando las parto me encuentre con esa cosa negra en el fondo. Y ni siquiera se las puedo echar a mis pájaros” La muy tonta se cree que tengo que tener las manzanas recién cortadas del árbol cada día. Menudo negocio haría. La próxima vez que la vea le diré que si las quiere frescas frescas…. Que se pase por mi casa.

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  3. ¡Vaya por Dios! He exclamado hace un rato, tremendamente contrariado al colocar la fruta recién comprada. ¡Como siempre, me ha colado una manzana podrida! ¡Pues esta vez no me callo! Voy ahora mismo a llevársela…
    –Muy buenos días –le digo al vendedor–, por decir algo… –añado.
    Éste mi mira entre asombrado y desconcertado y yo continúo hablando cómo si me hubieran dado cuerda.
    –¡Es inaudito! Todos los días comprando aquí la fruta, la verdura y lo que se tercie, y todos los días la misma historia; llego a casa, abro el paquete y… zas; una pieza, por lo menos una, podrida. ¿A dónde vamos a llegar si no te puedes fiar ni del tendero de toda la vida?
    –Por favor, cálmese Don Matías, no ha sido sin intención ¿Cómo cree que voy a intentar engañarle? Ahora mismo le doy otra. Mire que manzana más bonita. Y perdone, no volverá a pasar.
    ————————————————————————————-
    –María ¿Sabes quién ha venido a echarme la bronca? Pues Don Matías. Por una tontería de nada. Tampoco es para tanto. Que siempre le doy la fruta podrida; que si no se puede fiar de nadie. Imagínate, yo que siempre estoy pendiente de mis parroquianos ¡Qué pesados son algunos!

    Es lo que se me ha ocurrido.
    Saludos

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  4. -Señor, usted me ha vendido manzanas podridas!.
    -El vendedor de manzanas replica-falso mis manzanas son frescas!
    Quiero mi dinero!-agrega el cliente, por un kilo de manzanas no vamos a ir a a la corte, o quiere que llame a un guardia.
    -Su dinero, ahí lo tiene y caminando no hace frió! …

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  5. Le pedí manzanas golden, de las amarillas, de esas que cuando se arruga la piel ganan en sabor y envejecen como el vino. Me miró con una sonrisa sarcástica y meneó la cabeza.

    – Golden, golden, anda que os ha dado ahora con las golden. Parece que ha venido una secta y os ha abducido a todos.

    Me quedé atontado, sin saber qué decir, como siempre que un comentario me pilla de sorpresa. Sólo acerté a quedarme embobado mirando las largas hileras de frutas, desordenadas, fijándome en detalles estúpidos, como que una mosca se esmeraba sobre un trozo de papaya abierta.

    – Es que a mí me gustan.- Le dije.

    Su sonrisilla se expandió un poco, mostrando unos colmillos afilados y dos o tres huecos en los que tal vez algún día crecieron dientes.

    – Seguro que eres de los que se las lleva a su casita, se las mete en la despensa y allí se quedan hasta que se pudran. Mucho rollo con las golden, pero luego…

    Me estaba cargando el tipo. Me pareció de esos que se creen que sus clientes les deben un favor por el mero hecho de existir, con lo que decidí mandarlo a la mierda.

    – Váyase a la mierda.- Dije, y mé di la vuelta.

    Escuché sus insultos más allá de mis espaldas, recorriendo varios puestos de hortalizas, frutos secos y aun de carnes y pescados; hasta que quedaron en un tenue rumor lejano del que sólo acerté a escuchar.

    – Golden, golden. Les ha dado con las golden.

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  6. No hay cosa que más me jorobe que los intelectuales esos de gafitas de los cojones. Vienen a la frutería y te piden cualquier chorrada, como para demostrar que ellos tienen estudios, que son la bomba y que tú, tú que te has levantado toda tu puñetera vida a las cinco y media de la mañana, eres un paria. Y apareció uno de esos, qué digo, el padre de todos los gafotas culturetas, un tipo mediano, de jersey vueltecito y gafitas de diseño caro. Un capullo. Manzanas golden, me dijo. Esos son los peores. Los que comparan las frutas con el vino, que seguro que pelan la manzanita en su platito, con su cuchillito y su tendorcito. No los aguanto. Yo sólo le dije que había que ver con las golden y cuántos de su ralea las piden todos los días y sabes, sabes qué me dijo. Me mandó a la mierda. Un media hostia, porque ni siquiera tenía una hostia entera. Y se fue, como un cobarde, perdiendo el rabo entre las piernas, escondiéndose por los puestos de los de las zanahorias y el pescado. Para mí que era escritor o alguna mala hierba de esas, gentuza ociosa y sin sangre.

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  7. Joder, ya estamos otra vez.
    -No te puedo vender una cola.
    -Por que
    Porque no me da la gana. Porque eres una vieja plasta, porque todos los días me vienes con alguna.
    -Porque tengo ya dos cabezas partidas, y no; no puedo tirar el genero. La gente también tiene que comer cabezas, no solo cola. Si quieres, yo te la limpio.
    -No es por el gusano. Es que mi me gusta más la cola.
    Dios, por queeee, por que me hace lo mismo todos los días…Se planta ahí con su metro cincuenta de abuela rechoncha y sus tetas en pico, y comienza a buscarle pegas a todo. ¿Como se puede ser tan pesada?…¿quieres cola? Pues mira la cola que se esta formando.
    -Marisa, no te puedo vender una cola. ¿Quieres una cabeza?
    -Pues a dos personas bien que les has vendido la cola.
    Que hago, ¿la mando a la mierda? Es como hablar con una pared.¡Venga! ¡Entran dos clientes más! Hoy no salimos de aquí ni para las 3 de la tarde. Hay que acabar con esto.
    -Marisa, ¿quieres una cabeza?
    ¿Contestas? Deja ya de mirarme con cara de arpía y contesta petarda. Esto es increíble. Yo creo que lo hace para tocarme los huevos. Voy a pasar al siguiente cliente.
    -Toño, yo me voy a llevar una cabeza, así que si quieres corta otra merluza y dale la cola.
    Gracias Mercedes. Otra que no desperdicia una oportunidad de meter las narices donde no le importa. Ahora la tendré aquí mañana mareando me con cualquier otra chorrada.
    -Yo también me voy a llevar una cabeza Toño.
    Pero no es eso tío, no es eso coño….Le estáis dando alas.
    -¿Estas seguro Santi?
    No me puedo creer que se vaya a salir con la suya. Es lo más caradura que hay en el pueblo.
    -Anda Marisa, pues parece que ha habido suerte y hoy te vas a llevar una cola. Pero no te acostumbres ¿eh?
    ——————————————————————————————————–
    -No te puedo vender una cola.
    ¿Como que no me puedes vender una cola barrigón? Tu todavía no me conoces.
    -Por que.
    -Porque tengo ya dos cabezas partidas, y no; no puedo tirar el genero. La gente también tiene que comer cabezas, no solo cola. Si quieres, yo te la limpio.
    Ya claro, pues que coman otros cabeza. A ver si te crees que me chupo el dedo.
    -No es por el gusano. Es que mi me gusta más la cola.
    -Marisa, no te puedo vender una cola. ¿Quieres una cabeza?
    Pues hombre, si fuera tu cabeza de sapo me lo pensaría. Pero no sé por que voy a ser yo menos que nadie.
    -Pues a dos personas bien que les has vendido la cola.
    -Marisa, ¿quieres una cabeza?
    ¡¡Ahh!!, si me estas dando un ultimátum ¿Pero tu que te has creído calvorota? Vengo tres veces por semana a tu piojosa tienda, que por cierto, no le vendría mal una buena fregada a las paredes, y te atreves a faltar me al respeto así. Pues lo llevas claro, yo de aquí no me meneo.
    -Toño, yo me voy a llevar una cabeza, así que si quieres corta otra merluza y dale la cola.
    Muy bien Mertxe, eres una buena mujer.
    -Yo también me voy a llevar una cabeza Toño.
    ¡¡Aha!! ¿Ahora que excusa vas a poner para intentar engañarme? Esas cabezas ya están ahí, y yo tengo tanto derecho como otro a una cola.
    -¿Estas seguro Santi?
    Claro que esta seguro, espabilado.
    -Anda Marisa, pues parece que ha habido suerte y hoy te vas a llevar una cola. Pero no te acostumbres ¿eh?
    Que no me acostumbre…Será mejor que no te acostumbres tu a faltar me el respeto. Tu no sabes con quien estas tratando.
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    Mierda, voy tardísimo. Paso por donde Toño, recojo el pescado y pitando para casa. No sé a que hora vamos a comer hoy.
    -¡¡Huy!! Perdón, -oh,oh. Esto me huele a que la pescaderia va a estar llena. Bueno, solo tres personas delante mio, ni tan mal.
    -No te puedo vender una cola.
    -Por que.
    ¡Oh no! Marisa y Toño montando su número diario. Hoy no salimos tan fácilmente de aquí. ¡¡Mierda!! Tenía que haber ido al super.
    -Porque tengo ya dos cabezas partidas, y no; no puedo tirar el genero. La gente también tiene que comer cabezas, no solo cola. Si quieres, yo te lo limpio.
    -No es por el gusano. Es que mi me gusta más la cola.
    -Marisa, no te puedo vender una cola. ¿Quieres una cabeza?
    Continua la lucha de titanes. Son tal para cual. Al menos el pescado tiene buen pinta…..aunque ya va siendo hora de repintar la tienda. Este color verde la hace parecer un baño…..¿Ese calendario es del 93?
    -Pues a dos personas bien que les has vendido la cola.
    -Marisa, ¿quieres una cabeza?
    ¡¡Joder que tono!! Esto se pone serio. Pero si hay guerra yo apuesto por la abuela. Es de armas tomar….
    -Toño, yo me voy a llevar una cabeza, así que si quieres corta otra merluza y dale la cola.
    Voy a aprovechar.
    -Yo también me voy a llevar una cabeza Toño.
    -¿Estas seguro Santi?
    ¡Que si hombre que si!! Acabemos ya con esto…Con un podo de suerte salgo de aquí antes de lo que esperaba.
    -Anda Marisa, pues parece que ha habido suerte y hoy te vas a llevar una cola. Pero no te acostumbres ¿eh?

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  8. Era un calor intenso, Jaime deseaba comprar una bebida carbonatada.. entro a la tienda y tomo una del congelador la destapo y al probarla se dio cuenta que no tenia gas.. no hizo el sonido correspondiente.

    El vendedor lo observaba. En cuanto noto que la había abierto, se dirigió a él en voz ronca diciéndole:
    -Hey muchacho, no debiste abrirla.. hazme el favor y paga.
    -Claro, se la pagare, pero tomare otra porque esta ya no sabe igual. Replico Jaime.
    Pero el vendedor le enfadado por la respuesta de Jaime agregó.
    -Ah… muchacho, solo sé que vi que la abriste, ese producto aun no se vence.
    -Lo siento, pero no… no voy a pagar algo que no sirve.
    Pero la complexión física de Jaime era opuesta a la del vendedor. Seria totalmente seguro que a la hora de una pelea, Jaime terminaría lesionado.
    El vendedor comenzó a verlo en forma amenazante mientras se iba acercando hacia él. Jaime al verlo saco rápidamente el dinero de su bolsillo y lo coloco en el mostrador, sin decir media palabra….

    Don Efilio era un señor de 54 años, se dedicaba a atender una bonita tienda la cual siempre estaba muy surtida. Justamente por la mañana había recibido producto, él con toda dedicación la fue acomodando durante el transcurso de la mañana revisando y secciorandose que la mercadería estuviera en perfecto estado.

    Sin embargo Don Efilio, no padecía de mal carácter sin razón justificada. Era un poco gordo y aparentaba ser muy extricto
    y poco tolerante al hablar.

    Por la tarde un joven entro a la tienda, se notaba que sudaba a causa del gran calor que hacia. Se dirigió hacia uno de los congeladores y tomo una de las bebidas carbonatadas en botella plástica y empezó a beberla.

    Don Efilio, lo observaba detenidamente. Cuando vio que aquel joven hizo un gesto de desaprovacion (pues se notaba que no le había gustado lo que había bebido) le hablo con voz tenaz y firme:

    -Hey muchacho, no debiste abrirla.. hazme el favor y paga.
    -Claro, se la pagare, pero tomare otra porque esta ya no sabe igual. Replico el joven.
    Pero Don Efilio estaba convencido que el joven picaramente quería tomar aquella bebida sin pagarla. Lo cual le hizo enfadarse inmediatamente, diciéndole al joven:
    -Ah… muchacho!, solo sé que vi que la abriste, ese producto aun no se vence. Tendrás que pagar.
    Pero el joven mantenía su posición negándose rotundamente:
    -Lo siento, pero no… no voy a pagar algo que no sirve.
    Don Efilio lo vio en forma amenazante mientras se iba acercando hacia él. El joven asustado al verlo saco rápidamente el dinero de su bolsillo y lo coloco en el mostrador, sin decir media palabra….

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  9. -el otro día compré aquí un kilo de calamares frescos-dijo el cliente-y son congeladas
    -eso es mentira señor Barrenas-dijo el comerciante-Son recogidos del puerto cada mañana.
    -La hoja de reclamaciones
    -no se la daré a usted, que no sabe lo que es un calamar fresco

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  10. -buenos dias : ayer pase por su carniceria y le pedi la oferta de 1 kilo de pechugas de pollos de 3,99 euros que vi en la puerta de su comercio mientras caminaba con una amiga . Al llegar ami casa abri el paquete de pechugas de pollo que usted me sirvio y vendio , mi sorpresa fue que esas pechugas estaban congeladas y no eran frescas . – ¡ Y yo las queria frescas no congeladas ME PARECE UN ENGAÑO ¡
    -buenos dias señora : valla lo siento , lleva usted razon , las pechugas no son frescas , son congeladas , pero no hay ningun engaño en mi cartel dice 1 kilo de pechugas 3,99 euros pero no dice que seaN frescas con lo cual no veo ningun engaño . simplemente usted deberia de haber preguntado .

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  11. -Ando casi sonámbulo por la calle, no he dormido nada, ayer estuve hablando con una amiga homeópata , que me recomendo que comiera alcachofas y champiñones"la dieta del alcañón" si no la empiezo ya, moriré en tres días.
    Cruzo la calle y ahi esta, resplandeciente mi hermosa verdulería, aunque el verdulero no me parece a mi parecer muy hermoso.
    Miro las piñas, los melones, las naranjas, no encuentro ni alcachofas ni champiñones, fuck!, no paro de sudar, y de repente, veo una cosa que se asimila a unas alcachofas, pero no pueden ser, asi que le pregunto al dependiente, y su contestación no es muy creíble, no le entiendo muy bien, creo que no voy a comprar nada hoy, me largare corriendo de este sitio, tomare un ibuprofeno, siete cafes y si me muero pues adios.
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    -Verdulero
    Joder parece que hayan abierto el cotolengo, y todos vengan a parar aqui, mira ese de ahi enfrente seguro que entra aqui, no falla.
    Cliente
    Señor, no se si se ha dado cuenta, pero esas alcachofas parecen de otro planeta,¿son de aqui?
    -Vendedor
    Usted que cree
    -Cliente
    Nunca vi una cosa así, al igual el extraterrestre es usted y todo lo que vende aqui son pequeñas armas de destrucción pasiva
    -Verdulero
    Veo que cree usted demasiado, eso esta bien nos hacen falta creyentes como tu.
    -Cliente
    Bueno, cuando tenga usted alcachofas como dios manda dormire, esto , perdón volveré.
    -Verdulero
    Aqui estaremos yo y mis alcachofas, que tenga usted un bonito día.
    Encima se va sin despedirse, la madre que los pario a todos, vaya dia de mierda, no ha entrado una persona normal en todo el dia, si tuviera un consulta de homeopatia o cualquier otra patía, me forraría.

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  12. Entro con calma en la tienda, quedan poco minutos para que cierren pero no tengo prisa, hoy no. Desde que lo ví, super que debia ser mio. Camino como sin rumbo entre baratijas sin mucho gusto, viejas guitarras con la pintura comida, a alguna le falta alguna cuerda; cintas de VHS a precios irrisorios, aunque es normal ¿quien usaria esa tecnologia ahora? adornos de ceramica; bicicletas de segunda mano…No retienen mi mirada mas que unos segundos, tengo claro lo que busco, demasiado claro. La casualidad hizo que lo viera dias atras. Tras dos minutos de demabulando , entre mercancia cuyo su mayor fin ahora mismo es recoger polvo me paro, ahi está, no me lo puedo creer, se ve, quizá, algo deteriorado, pero no hay duda, es el viejo soldado de plomo bucaba, casi 20 cm de alto, con su fusil apuntando al infinito, la bayoneta armada, con sed de sangre, me doy cuenta que la pluma del sombrero ha desaparecido, el paso del tiempo supongo. ¿Quien lo traeria a esta porqueria de rastro? y es mas ¿Cuanto le habria dado por el? Giro la etiqueta sin prisa, tampoco me importa demasiado. 100 €. Idiotas. Sin darme cuenta un vendedor se acerca, sonriente, claro, soy el unico cliente que queda en la tienda y me querra despachar rapido. Parece el depredador que ha olido la presa, el diablo cuando estas apunto de firmar su contrato a cambio de tu alma debe tener una sonrisa parecida.

    -Mmm! Muy buen gusto ¿señor….?

    No respondo. El ignora mi silencio y continua.

    -Es un viejo soldado de plomo de la revolución francesa, creemos que forma parte de un peloton de fusilamiento. Como ve, lleva la indumentaria de la guardia de aqella epoca, aunque el paso del tiempo es notorio, esta en perfectas condiciones. Parece como si realmente fuera a disparar, escalofriante ¿no cree señor?

    En esta ocasion concluyo la frase tal cual, obviamente mi nombre no le interesaba. Mire la figura unos segundos antes de contestar nada, el se frotaba las manos, aunque no hiciera frio alguno.

    – No sabria que decir, veo que la prenda de cabeza tiene algun error – cojo la figura y me giro hacia el – Ve? aquí, deberia de haber una pluma – acerco la cabeza de la figura relativamente cerca de su ojo izquierdo. En un acto reflejo da un pequeño salto atras.

    – Bueno, como le he dicho, el paso del tiempo se deja notar, no en vano, todo lo demas esta casi perfecto como puede ver. Eso que dice es una pequeñez teniendo en cuenta de que está data del mediados del siglo XVIII…

    -De finales del XVII – Le corrigo.

    -¿Perdone?

    -Digo que es del siglo XVII, no del XVIII como usted asegura – Le miro a los ojos directamente, el hombre no parece entender muy bien lo que digo, o mas bien, porque lo digo – Deberia de contrastar un poco sus fuentes antes de dar informacion falsa a sus clientes.

    -Le aseguro señor, que nuestros expertos en la materia, lo datan de la epoca que acabo de mencionar ¿Como esta usted tan seguro de lo que dice?

    -Bueno… -Juego con la figura entre mis manos con la cabeza gacha – Mi padre, quien tiempo ha, fue el Conde-Duque de Olivares, lo mando hacer para mi cuando era niño.

    Con los ojos como platos el dependiente me mira, yo alzo la mirada y alienadola con la suya, la parte menos humana de mi es quien mira, de un movimiento rapido, apenas perceptible, realizo una estocada perfecta direccion al ojo derecho dle vendedor con la figura, es dura. Atravieso la cuenca del ojo y llego al craneo, la velocidad de mi lanze y la dureza del soldado hace que lo atraviese con relativa facilidad, una vez siento el cerebro giro la muñeca 90º y tiro hacia mi con fuerza. El vendedor cae hacia atras, con expresion ojiplatica.

    Vuelvo a mirar la figura, ahora manchada de sangre. Le arranco la etiqueta y salgo de la tienda como si nada. Tranquilo, como alguien que no tiene prisa, como alguien a quien nadie le espera.

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  13. CLIENTE:
    Disculpe usted señor, creo que se ha equivocado, yo le he pedido semillas de albaricoque y usted me ha dado semillas de amapola, es mas, ni se parecen, lo cierto es que yo he confiado en que usted me ha entendido y ni miré el paquete, solo que al llegar a casa, vamos hombre, qué decepción me he dado y mi mujer ni hablar, nos miramos las caras y ni modo, aquí estoy entre frustrado y enojao, ah?
    VENDEDOR:
    Bueno, pues queda disculpado y de pasada discúlpeme usted a mí, seguramente entendí mal su solicitud, jejeje, pues si, ah idiota que soy pero no se preocupe, hoy se va a llevar no una libra sino dos libras de semillas de albaricoque, las mejores del mercado y usted nunca olvidará el camino a la tienda de Don Manuel, ese soy yo para servirle.

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  14. Sabes tu tienes razón, he perdido la memoria y ni se como me llamo. Pero lo que no he olvidado que la libra de papas que tienes en tu mano son mias, y si la quieres llevar son cuarenta pesetas.

    Arcadio te ves palido y razonas sin sentido, aun con el precio de estas papas podridas no has podido atinar con la verdad. Realmente estas sin memoria. Lo que me hace pensar que seria absurdo de alegar el precio de este mercancía.

    Si realmente no razonara, no podria entender tu intención de llevarte mis cosas, pues ahora veo que te llevas a tus bolsas el producto al que tenemos discordia. Ta vez no he perdido la memoria y me persuades de estar chiflado, para no sea yo que te robe con los precios, si no tu , un viejo comprador tacaño.

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  15. -Hey donde llevas las banabas, las escondes de mi presencia.
    -No, de ninguna manera solo las cuido de que no sean raptadas por algún pirata de tierra que pase por la plaza.
    -Extraño, solo mi presencia es rutina por estas calles empedradas y solo yo soy tu único cliente en este día.
    – No es coincidencia mi dicho, ni para ofender al presente, pero la ultima vez que me compraste con las papas, banabas, manzanas y pepinillos no me ajustaron la cuenta, todo desapareció por arte de magia.
    – No sera que hiciste mal la cuenta y torciste tus pensamientos.
    – Que dices, si soy de la colonia el primer bachiller que ha sacado este pueblo, y fui primero en matematicas y en calculo me resalto.

    – Lo que si he calculado que las matemáticas no son perfectas cuando las manos de un mañosos se interponen en las operaciones mas pequeñas.

    – por eso te pido, que te alejes de mi negocio, por que si te miro con el angulo de mi ojo, me lanzare como una fiera herida y te cobrare todo la mercancía que te has llevado, mejor vete y nos vemos de lejos.

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  16. Estan frescos los tomates? Todo parece muy ordenado. Mas los frutos secos no me han servido, deben estar vencidos. He pagado mucho por ellos y mimujer continua de mal humor. Me has estafado.

    No le permito que me ofendas. Usted queria algo barato. Si quieres hacer feliz a tu novia, paga mas y te dare unas pildoras que haran que tu pene se eleve cual mastil. …

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  17. La mañana se me había pasado volando, solo me quedaba una cosa por terminar, debía pasar por la tienda del señor “Matías” a recoger el encargo que le hice el día anterior. “El señor Matías lo tendrá preparado” pensé “tendré que darme prisa antes de que cierre”, por lo que me dirigí, sin más interrupciones que las del camino, a por el encargo. No se trataba de nada urgente pero me hacía ilusión recogerlo, tenerlo, así que mi subconsciente me agitaba, fantaseaba y por fin llegué a la tienda. Se trataba de una tienda pequeña, atestada de trastos polvorientos, con olor a viejo, era muy barata, pero tenía un gran éxito era muy conocida (a pesar de no saber el nombre), quizá por los años que llevaba en el barrio… por sus productos…. El caso es que todo el mundo sabía de ella y nadie sabía su nombre. El señor Matías era un señor de poco pelo y el poco que tenía canoso, un poco aceitoso…, rechoncho, con las mejillas siempre sonrojadas, no muy alto y de muy buen carácter, siempre sonreía quizá por lo bien que lo había tratado la vida (No físicamente claro). Al verme supo enseguida lo que yo iba a buscar, me regañó simpáticamente al ver la hora.
    Matías: buenos días, casi me pilla comiendo (sonrió)
    Yo: buenos días, siento el retraso,…. (Sonriendo pícaramente le digo) ¿Lo tiene?
    Matías: lo siento pero no me ha sido posible prepararlo, he tenido la mañana muy ajetreada además pensé que vendría esta tarde. (Él también sonreía)
    Yo: vaya, con la ilusión y la carrera que llevo… ¿no le sería posible prepararlo antes de comer? (le vuelvo a sonreír esta vez insistente)
    Matías: no, imposible, aún tengo cosas que hacer aun después de cerrar aquí y antes de sentarme en la mesa. No se preocupe que esta tarde lo tiene sin falta, pero eso sí, a última hora mejor. (Su sonrisa se veía pero no con tanta fuerza como la anterior, creo que pensaba que me había molestado)
    Mi gesto de insatisfacción era evidente pero tenía razón. Yo me había precipitado, en realidad le estaba insistiendo sin tener ninguna posibilidad pero lo tenía que intentar. Yo ya sabía que si él me decía que no podía ser antes por más que yo insistiera no me lo podría preparar, quizá ese era uno de sus reclamos para la fama alcanzada en el barrio, simple y llana sinceridad.
    Yo: Bueno pues tendré que volver esta tarde, ¿a qué hora le viene bien que pase? (aún sin llevar razón alguna mi tono tenía un toque de insolencia, era mi subconsciente, ese que tanto me había agitado y me había precipitado en mis acciones, que seguía intentando organizar el resto de mis gestos, mostrando mi malestar…)
    Matías: bueno, viendo que tiene usted tanta prisa… dígame mejor a qué hora le viene bien venir e intentaré tenerlo para entonces. (La sonrisa de Matías no era del todo clara, había percibido mi tono insolente pero su carácter le impedía ser descortés, incluso en las situaciones violentas sonreía lo cual parecía más una burla que un gesto agradable)
    Yo: ¿ahora? (lo tenía que intentar de nuevo, hasta la saciedad, hasta conseguir quitarle la sonrisa…)
    Matías: ya le he dicho antes que ahora era imposible, y con tanta cháchara aun tardaré un poco más, la hora ya se la digo yo y así no provocamos más esas prisas que lleva, ¿le parece bien? (a pesar de haber cogido las riendas y manejar la situación, no dejo de sonreír en ningún momento) pásese sobre las 19h, para entonces lo tendré listo. (Asintió sonriendo)
    Yo: (con el gesto de resignación y abatimiento contesté) aquí estaré gracias, buen provecho. (Me di la vuelta con media sonrisa y salí de la tienda, el señor Matías se despidió de mí a mis espaldas e intuí que le dio una pequeña risita tras la conversación que habíamos mantenido, sé que movió la cabeza de un lado a otro comentando “juventud divino tesoro”, salió tras de mí y cerró la puerta de la tienda. El aire refrescó mi cara, el tiempo era fresco, agradable, los árboles se agitaban, acariciaban sus ramas de unos a otros, mirándolos pensé que ya era hora de ir a comer.

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  18. El cliente: Perdone caballero pero me he fijado que las naranjas estan pasadas¿ No las tendrias mas frescas?, el dependiente: ¿ Las puedo ver? pues no me parece que esten malas, alcontrario las veo muy bien, pero si usted quiere se la cambio por otras y las eligues usted. El cliente: Muxisimas gracias , así esta bien. ( Los dos personajes ven puntos diferentes pero como siempre el cliente siempre tiene algo de razon y yo he sido empresaria y hay que intentar no darle la razon cliente pero tampoco quitarsela , hay que ganarselos como cliente por combienen a la empresa).

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  19. ESCENA DE RECLAMO DEL CLIENTE AL VENDEDOR

    CLIENTE: Buenas tardes el Sábado compre en esta tienda un pent drive, en la noche trate de usarlo en mi computador y no lo reconoce, sin embargo si reconoce otros pent drive, por tanto no es problema de mi computador sino del pent drive, tengo acá la boleta para que usted me lo cambie y me de uno que no esté fallado.
    VENDEDOR: Cuando se trata de artículos como pent drive, mouse o cd entre otros esta tienda no acepta cambios, por eso hay un letrero en el mesón que así lo señala, puesto que son artículos de muy bajo costo y que además mal manipulados se echan a perder fácilmente, por ello no puedo aceptar cambiarle dicho artículo.
    CLIENTE: Mire yo compro hace más de 10 años en esta tienda, tengo hasta la tarjeta de crédito de la tienda, soy muy buen cliente, si revisa mis compras podrá saberlo, ¿desearía usted perder un cliente que compra promedio $ 30.000 a $ 50.000 mensual por no cambiar un pent drive de $ 9.900?.
    VENDEDOR: No es que yo desee o no perder un cliente, yo ya le explique claramente las razones porque no puedo, no es que no quiera, sino que no puedo cambiarle el pent drive, se supone que antes de comprar los clientes leen los letreros de advertencia, si usted no lo leyó o si lo leyó y no lo entendió, ya no es mi problema (el vendedor se empieza a alejar del cliente y va camino a la caja).
    CLIENTE: No voy a aguantar que insinué que no se leer, tampoco que no respete mis derechos de cliente, llame al Jefe de la tienda y dígale que deseo hablar con él. (Cliente sigue la vendedor hasta la caja y empieza a subir la voz).
    VENDEDOR: Se encuentra almorzando en este momento, No puedo llamarlo si gusta vuelva en 1 hora más y lo encuentra (Vendedor empieza a esbozar una seuda sonrisa en su boca).
    CLIENTE: Vine en mi hora de almuerzo, yo trabajo, no puedo venir en una hora más, llame al jefe de su jefe entonces. (Subiendo la voz y frunciendo el ceño). Llegan 2 vendedores más a preguntar al primer vendedor que es lo que esta pasando…..

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  20. Cuando me quitó la toalla de la cabeza empecé a vislumbrar ciertas zonas anaranjadas. Tragué saliva -o tragué una bola de hierro forjado, no me acuerdo- y con un hilillo de voz la miré a los ojos a través del espejo.

    – Está un poco clarillo… ¿no? -dije intentando omitir la palabra naranja fluorescente.

    – Qué va, el color del verano -musitó con el tono de voz que se adquiere al repetir ochocientas veces la misma frase.

    Desenfundó el secador y comenzó a agitarlo de arriba a abajo, de un lado al otro. Efectivamente, mi pelo se iba secando y en la misma proporción iba mutando a zanahoria.

    Miré a un lado y a otro de la peluquería y sólo veía clientas guapas, con peinados favorecedores, satisfechas. Y sobre todo, no veía a nadie con el pelo naranja. Cada vez que una toalla se retiraba de una cabeza yo rezaba en arameo porque se descubriera una maraña naranja. Pero no. Morenos, caobas, rubios, blancos. Ni rastro del color del verano.

    – C’est fini – dijo con una estudiada cara triunfante-. De portada de la Vogue.

    Me miré fijamente clavando los ojos en aquel espejo que me devolvía la imagen de una irlandesa cabreada con cierto aire a mí.

    – Te he dicho que me aclararas el pelo un par de tonos y me has puesto el pelo naranja.

    – Pues un par de tonos, así es como lo llevan ahora en Hollywood.

    No sé si se refería a una nueva película de vikingos pero mi paciencia estaba ya agotada y mi cara se mimetizó con el color de mi pelo.

    -No pienso pagarte por este estropicio, guarra.

    ¿Guarra? ¿Por qué dije guarra? Aún no lo sé pero necesitaba insultarla, que se sintiera ultrajada, vapuleada. Que sintiera que le faltaban al respeto. Que se sintiera como me sentía yo aunque menos pelirroja.

    – Ahora mismo voy a salir por esa puerta y te voy a poner una queja en la oficina del consumidor. Y no sólo eso, sino que me voy a comprar todas las revistas de moda y te voy a dar con ellas en toda la cara. Y como no salga una sola puta con el pelo naranja te voy a meter la foto por el culo impregnada en azufre para que la próxima vez cagues naranja.

    Me quité la bata negra que me habían puesto a mi llegada. La deposité tranquilamente sobre el respaldo de la silla. Me colgué el bolso y caminé hacia la salida.

    – Buenas tardes -dije a la recepcionista.

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  21. Buenos dias le dice Susana
    Buenos dias Susanita tempranito por aca , se va a llevar las verdura mas fresca del mercado.
    Buenos dias es un decir Pedro
    ¿Que le sucede?
    digame algo ¿cuantos años hace que soy su clienta ?
    Desde que yo abri y como unos 5 años. Pedro no entendia
    Bueno entonces porque los mangos y las frutillas que yo le pido todos los miercoles fueron a parar a la señorita del apartamento 205 y cuando yo le reclame a su mandadero el muy atrevido me contesto ( yo traigo lo que me dice mi patron a quien me dice mi patron .)
    No se enoje Susanita hubo un mal entendido . Pedro tratando de calmar a la señora
    Ni mal entendido, ni nada , me dejo sin mi pedido y no pude entregar mis tartas y perdi dinero .
    Asi que sabe que venda todos sus mangos y frutillas a la señorita del 205
    Yo me quede sin un cliente y usted sin mi. Susana se dio media vuelta y salio del local como alma que lleva el diablo
    Pedro se saco la lapicera detras de la oreja , mueve la cabeza y sigue haciendo el pedido para el dia siguiente
    ——————————————————————————-
    Buenos dias Pedro
    Buenos dias Susanita vino personalmente a llevar su pedido
    -Si y espero que esta vez este todo y que no me lleve sorpresas
    -Como no señora aca lo tiene y sin sorpresas . Pedro respirando ondo
    – Pero sabe que no voy a llevar ni los mangos ni las frutillas
    – No dice Pedro ya molesto con la actitud de la señora al entrar al local
    -No , los llevo porque pensando bien ultimamente no estan viniendo lindos
    -Pero Susanita usted sabe bien que yo se los traigo para usted porque no me dijo que no estaban lindos y lo solucionaba
    -Y bueno no tiene otros clientes a quien venderlos
    -Si pero al precio que estan no todos llevan estas frutas
    – Y por eso me las tengo que llevar yo
    -Sabe que susana no lleve ni las frutillas ni los mangos me las como yo si es necesario y le voy a decir otra cosa ya hace 5 años que la estoy tratando y todo los dias tiene un problema diferente sino le gusta la frutas ni las verduras de aqui alli esta la puerta y en la esquina hay otro puesto
    -¡Atrevido! , ¿sabe que? me voy y no vuelvo mas . La señora da media vuelta y sale como alma que lleva el diablo
    Pedro respira profundo , toma las bolsa y comienza a colocar cada fruta en su lugar ya se sentia mas aliviado a pesar que perdio una clienta

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  22. Llevaba un tiempo de retraso para llegar al mercado, camine lo mas rápido que pude cuando al fin entré
    -¡Buenas Juan! ¿Como a estado?
    -Ahí pues Maria, el negocio lento pero…¡Feliz!
    Le pregunte después de tanta habladuría si me había traído el encargo de Venezuela.
    -¿Como puede ser posible tanta de irresponsabilidad de usted y sus ayudantes? Dije quitándome las gafas de sol rápidamente.
    Juan asintió con la cabeza y dijo:
    -Discúlpeme pero, llame a su casa para darle el aviso que viniera el jueves…Pero nadie me contestaba.
    -Bueno si así fue, le pido una disculpa y vendré el jueves sin falta a buscarlos.Dije algo avergonzada.

    ———————————————————————————————————————————————————

    Estaba Limpiando el mostrador, que estaba lleno de polvo por unas cajetas que me habían enviado.
    Sonó el timbre de la puerta y entra Maria con rapidez; una cliente que casi siempre pasa por estos lares.
    Maria llego y pregunto sobre sus encargo algo molesta.
    -Discúlpeme pero, llame a su casa para darle el aviso que viniera el jueves…Pero nadie me contestaba. Le dije algo confundido.
    Maria salio de la tienda y subió a su cohe

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  23. ¡¡Verdura y fruta fresca !! a la rica fruta buenaaaa.
    __buenos dias ¿tienen fresones?
    __¡¡bien gordos que los tengo hoy, si señor!!
    __haber dónde están, que no los veo
    __Aquí los tiene señorita__. El frutero le enseña a la clienta espontánea una pequeña caja repleta de unos frutos carnosos y rojos encarnados. La clienta, un preciosa jovencita se queda atónita viendo la pequeña caja.
    __Perdone señor, le he pedido fresones, no esto__. Dijo dirijiéndose a la caja apuntandola con el dedo como con un gesto de desaire.
    __Pues eso mismo le ofrezco yo, unos buenos fresones, ricos, frescos y jugosos__, respondió el frutero con total convicción.
    __Le repito señor, que quiero fresones no melocotones__volvió a repetirle al frutero con tono irónico.
    __¿Melocotones?__ dijo el frutero asombrado mirando de nuevo la caja.
    __perdone señorita, espere un segundo__le dijo a la joven desapareciendo de la tienda en un pis pas. A su vuelta el pobre hombre volvía con otra caja llena de frutos rojos y encarnados y algo más.El frutero le vuelve a ofrecer la caja a la joven y esta se vuelve a quedar atónita mirando la caja.
    __¡¡vaya!!__ dijo asombrada y contenta.
    __Esto si que són unos buenos y estupendos fresones. ¿Me queria engañar eh?__ le contestó con buena gana al señor frutero.
    __No señorita, para nada. Mi mercancia es buena.El que no está bien soy yo, ¡que me había olvidado las gafas!

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  24. Buenos diÀs Antonio..!!!grito Ariel golpeando la puerta del negocio
    Antonio lo miro sobresaltado…
    epaaa..!! que pasa Arielito??
    Arielito??si no supiese que soy hijo de mi madre, y tambièn de mi supuesto padre,..le romperìa este maldito tarro de dulce por la cabeza,…!!!
    Antonio sin entender siquiera el porque de esa furia, le pregunta con un dejo de ironia ahh,..bue!!parece que dormimos mal eh??
    no no no!!! esta equivocado Antonio!!!
    le pregunto…anoche…
    ,cuando vine,…minutos antes de que usted cerrara,
    me lleve este dulce y se acuerda los motivos que le di?
    motivos?dijo Antonio
    .siii!!..cuando usted me pregunto,..si regaba las plantas con el dulce que consumia tanto!!!
    Antonio esbozo una leve sonrisa,..
    y le dijo, si si..!! y que paso con eso???
    que le conteste yo??…ehh??..
    que se lo comìa..!!acintio Antonio
    clarooo!!! le dije que tengo problemas gluscèmicos y que en las noche me despierto para clavarme un tanto de algo dulce en la boca,!!y que eso me salva la vida,!! se acuerda???….
    Antonio, a esta altura de las circunstancias, no entendìa pero sabia que enojarse no seria buena idea, entonces, con algo mas de suavidad en la vos le dijo,
    a ver a ver,..explicame que tengo que ver yo, en tus problemas de azucares en la sangre!!!..
    Ariel temblando y mostràndole el dorso del envase le pregunta..dìgame usted…usted se lo comeria???fijese..!!
    Antonio mira el tarro, colocandoce los lentes y retirando un poco los mismos hasta el limite de la nariz, le dice,
    y..si porque no deberia comerlo??
    si la fecha de vencimiento esta bien!!aca lo dice 31/01/14..
    aha..y que dia es hoy???.
    hoy? pregunta Antonio,..hoy es 02/02/13
    y??vuelve a preguntar
    Ariel ya verdaderamente sacado de si, le dice,
    si hoy es mes 02 quiere decir que este dulce berreta que me vendio en su negocio mas berreta , esta vencido y yooo…por lo tanto anoche cuando mis glandulas me pedian, ingerir algo dulce, me encontrè con este dilema que me dice usted?
    Antonio se sentò con las manos apoyadas en las rodillas, pensando que este dia se habia atravesado mal de entrada y que por como cuentan las estadisticas, terminaria asi, atravesado, y le dice..
    Arielito chiquito de mi alma, en el dorso del envase dice la fecha, y arriba, la leyenda que dice,
    "consumir preferentemente antes de los 60 dias de la fecha en el fondo del envase"
    entonces, si tus problemas glusemicos no te dejan leer, yo no tengo porque cargar con los gritos tuyos!!!!
    Ariel,..sin poder refutar nada, agacha la cabeza , y sin mirarlo, se retira.
    Antonio, corre las cortinas que tapaban parte del ventanal, se mira en el reflejo espejo que denuncia el invierno en su nubladès, ve crecer en su cabeza el porcentaje de blanco , que van pintando sus cabellos, y definitivamente decide, que es hora de cerrar.

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  25. En ese momento entre a la tienda, pregunte el precio que tenia un videojuego que ya habia visto hace dias por internet
    el vendedor contesto que el precio era de $2000 cerrados. En ese momento me sorprendi ya que en la pagina de internet que yo lei
    (Era la pagina oficial del videojuego) Decia que el precio era de $1300 .. Asi que le dije al señor .. Disculpeme pero creo que usted esta equivocado
    el precio no es ese, lo que pasa es que usted me quiere estafar.. El precio de este videojuego lo vi en la pagina oficial y era muchisimo mas bajo el precio.
    El vendedor me dijo que ese era el precio del juego y que no costaba menos, y que el precio cambia segun el estado, el lugar.. Que probablemente no era la pagina oficial
    si no una pagina donde estaban vendiendo el juego usado.. Indignado me fui de la tienda, era obvio que yo tenia la razón.. Pero que va, solo por ganarse dinero facil te quieren estafar.

    Todo estaba tranquilo era un día cualquiera para mi, seguia trabajando en la tienda como siempre.. la rutina no cambiaba nunca. Entonces llega un señor a preguntarme el precio de un videojuego
    Yo le dije cual era el precio, pero el señor empezo a decir que yo le queria robar y muchas cosas más, estaba loco, yo no soy de ese tipo de personas pensaba en mi mente. El alegaba que el precio del videojuego
    era de precio menor, la verdad es que ese era el precio que se manejaba le dije que talvez la pagina que el vio no era la pagina oficial si no una pagina donde vendian el juego usado. El señor indignado salio de la tienda
    diciendo que yo queria ganar dinero facil.. JA ahora resulta, pero no importa .. las cosas que uno se encuentra en esta vida..

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  26. -buenas tardes vengo por una devolucion este producto parece defectuoso lo compre hace una semana
    – Señor lo siento esto no tiene garantia
    – como pero aun cargo el recibo
    – muestremelo y veremos que puedo hacer
    – espere un momento. Busco y busco y no lo encuentro – espere señor yo lo tenia guardado en un bolsillo
    – mmm no lo puedo esperar mas llevo 30 miinutos de tiempo perdido y ya llame a seguridad por favor retirece

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  27. Voy y entro a la tiempo. un lugar muy sereno, al parecer hay personas que aun no cierra sin contar la hora que era. Exactamente las 11 de la noche, Entro sin causar ningún ruido y al ver al señor lo saludo con una tímida sonrisa.
    – buenas noches Señor
    – buenas noches señorita que Desea? – dice desde lejos. camino hasta el mostrador.
    Mire todo el lugar con mucho cuidado fijándome donde estaban las Papas lays. Mis favoritas. Busca que hasta allar en una zona, las ultima bolsa de papas. Mis ojos se iluminaron pensaba en lo delicioso que es probar una de ellas realmente saladas con un toque de seco pero igual completamente adictivo que con solo probar una de ellas.
    – disculpe que va pedir? -interrumpió mis pensamientos salados.
    – ah disculpe -señale hasta donde estaba las papas- unas papas lays
    El señor corrió trayendo consigo una gran garra de fierro quien estaba totalmente oxidada. Con cuidado de no sacar otra cosa me dio mi papas. Salí de ahí con una gran sonrisa en el rostro.

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  28. Termine de trabajar, soy un albañil trabajo todo el dia en el sol por lo tanto moria por un poco de agua me dirigi a una pequeña tienda que se encontraba en la esquina, entre y me dirigi al vendedor que estaba sentado leyendo el periodico-

    -Buenas tardes- dije cortésmente
    Camine hacia una nevera y tome una botella con agua, me dirigi hacia la caja y le entregue el bote.
    -Son cinco dólares- pronuncio el vendedor.
    – Señor, solamente tengo cuatro dólares, ¿podre pagarle lo que resta mañana?- pregunte
    – No, mi jefe no me lo permitiría y me temo que no podre darle esta botella con agua- dijo avergonzado
    Me retire furioso y a la vez sediento pues realmente necesitaba un botellón con agua. Sabia que no era su culpa pero lo que yo decía era cierto.

    ———————————————————————————————————-

    Era Jueves por la tarde, estaba muy feliz porque las ganancias del negocio habían aumentado eso queria decir que mi jefe me daría un aumento, me sente en una silla y comencé a leer el periódico, pasaron diez minutos y entro alguien, me saludo y observe como se dirigía a la nevera, al parecer queria una botella con agua, me levante de la silla y me dirigi al mostrador para poder cobrar su producto. Al momento de cobrarle me dijo-

    ‘Señor, solamente tengo cuatro dólares, ¿podre pagarle lo que resta mañana?’- lo mire y negué avergonzado, no me gustaba meterme en problemas con mi jefe. El hombre furioso puso el agua en una mesa y se retiro, hubiera querido hacer eso por el, pero no me lo permitían.

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  29. -Buenas tardes, ¿le puedo ayudar en algo?
    -Sí, buenas tardes. Pasa que esta mañana mi madre compró unos zapatos de acá, y ¡mire! Como le dieron, tiene un clavo que sobresale en su planta en la parte de adentro.
    -A ver, présteme ¿me muestra su factura?
    -No le dieron factura.
    -Aquí todas las ventas son facturadas. Por favor consulte bien con su madre donde realizo la compra, si fue aquí tiene que haber factura.
    -¡No es posible! Nosotros vivimos al otro lado de la ciudad y tenemos que gastar nuestro tiempo en estas cosas. Sabe que ella me dio esta dirección y no pudo haberse confundido, tal vez se olvido de darme la factura.
    -A ver muéstreme los zapatos… En el sistema sale que este zapato efectivamente fue vendido hoy a horas 11:30 am. … Lo que podemos hacer es cambiarle por un zapato de otro modelo pero del mismo precio porque ya no nos queda del mismo.
    – No, quiero que me devuelva mi dinero.
    -Sin factura no se puede, … Gracias.

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  30. La rabia se había apoderado de mi, no podía evitar la indignación que me producía el comprar un producto en mal estado, ademas de la perdida de tiempo que me significaba volver al negocio. Entré sin ganas de sonreír, el vendedor estaba entregando un vuelto, cuando en una fracción de segundo desvió su mirada hacia mi, obviamente sabia lo que me había vendido y esperaba que yo quizás no volviera y fuera uno de los miles a los que seguramente le ha echo lo mismo. Se despide del cliente y me dirige la palabra.
    – Señor lo puedo ayudar en algo?
    – Claro, solo necesito que me devuelva los 20 minutos de mi vida que tarde en venir para acá y el combustible que he quemado para devolverle esta porquería.
    Lance encima del mostrador la bolsa con los membrillos, amarillos por fuera, podridos por dentro.
    – Señor cálmese, son cosas que suceden, de inmediato le devuelvo el dinero.
    – No quiero el dinero, quiero que dejes de engañar a la gente maldito estúpido! dije a regañadientes.

    El locatario se asustó, lo pude notar por el gesto de su rostro antes de apuntarme con una 38 y activar la alarma.

    – Por favor retírese de la tienda, la policía viene en camino.
    – Ahh si y ahora que vas a hacer? matarme?
    – Señor le digo por ultima vez que se retire del local.

    Tome la decisión de retirarme pero antes le di un golpe a la golosinera que estaba a mi derecha en acto de protesta, cuando en acto malicioso el vendedor me propino un tiro a quema ropa y hoy me ha dejado en el hospital. Juro que mis abogados lo pudrirán en la cárcel.

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  31. VERSIÓN DEL CLIENTE

    Ha sido un mal día, mi madre a quien tanto amo debe realizarse una operación en su pierna derecha y para colmo necesita un montón de dinero. Las ventas no han sido buenas, pero haré lo imposible por conseguirlo.

    Un cliente se acerca y me compra tabaco, parece que quería sencillar pues me cancela con un billete de 20.000, pero no importa, no estoy en tiempos para decirle que no tengo cambio y se me vaya una venta, así que vacío casi toda la caja en busca de los 18200 que debo entregarle, en eso veo a mi derecha al cliente que me compro los membrillos hace 10 minutos atrás, seguramente y por su rostro debe querer devolvérmelos, ya que no salio muy buena la partida y no seria el primer cliente que se queja. Entrego el vuelto y le pregunto.

    – Señor lo puedo ayudar en algo?
    – Claro solo necesito que me devuelva el dinero, el combustible y la vida que he perdido al venir a devolverle estas porquerías, responde el de manera prepotente, altanera e insultante.

    Luego deja la bolsa de los membrillos encima y me muestra lo malo que estaban por dentro.

    – Señor son cosas que suceden con la fruta, no se preocupe que le devolveré el dinero.

    -No quiero el dinero quiero que se deje de engañar a la gente me dice, con voz temblorosa y con la mirada perdida.

    Me asuste. active la alarma y saque la pistola a fogueo para amedrentarlo.
    – Retírese del local o espere a la policía para que lleguemos a un acuerdo le digo.
    Se asusta, sale corriendo y estropea una de las góndolas dejando caer un lote de dulces al suelo.

    Hoy este desgraciado me tiene demandado por un supuesto tiro que le habría propinado, lamentablemente el dinero es poderoso y esta a punto de probar que fue así. Nunca mas vendo algo malo, los locos andan en la calle como moscas en la mierda.

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  32. VERSIÓN DEL CLIENTE 1ER TEXTO
    La rabia se había apoderado de mi, no podía evitar la indignación que me producía el comprar un producto en mal estado, ademas de la perdida de tiempo que me significaba volver al negocio. Entré sin ganas de sonreír, el vendedor estaba entregando un vuelto, cuando en una fracción de segundo desvió su mirada hacia mi, obviamente sabia lo que me había vendido y esperaba que yo quizás no volviera y fuera uno de los miles a los que seguramente le ha echo lo mismo. Se despide del cliente y me dirige la palabra.
    – Señor lo puedo ayudar en algo?
    – Claro, solo necesito que me devuelva los 20 minutos de mi vida que tarde en venir para acá y el combustible que he quemado para devolverle esta porquería.
    Lance encima del mostrador la bolsa con los membrillos, amarillos por fuera, podridos por dentro.
    – Señor cálmese, son cosas que suceden, de inmediato le devuelvo el dinero.
    – No quiero el dinero, quiero que dejes de engañar a la gente maldito estúpido! dije a regañadientes.

    El locatario se asustó, lo pude notar por el gesto de su rostro antes de apuntarme con una 38 y activar la alarma.

    – Por favor retírese de la tienda, la policía viene en camino.
    – Ahh si y ahora que vas a hacer? matarme?
    – Señor le digo por ultima vez que se retire del local.

    Tome la decisión de retirarme pero antes le di un golpe a la góndola que estaba a mi derecha en acto de protesta, cuando en acto malicioso el vendedor me propino un tiro a quema ropa y hoy me ha dejado en el hospital. Juro que mis abogados lo pudrirán en la cárcel.

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  33. vendedor:

    esta mañana fue algo complicada. era uno de esos días en que a uno todo, hasta el mas mínimo ruido, le parece molesto. la luz se había cortado, me quede en medio de un baño porque el agua se acabo mientras me duchaba, y para colmo un cliente se a venido a quejar por una estupidez.les contare.
    yo estaba limpiando el negocio, listo para salir. ya habia tirado la basura, me puse la campera, guarde las cosas, y justo en el ultimo momento,cuando iba a salir aparecío el. el mismo cliente que simpre viene a qujarse por las cosas mas estupidas del mundo.

    No no no no—me retuvo— husted no se va a ningun lado. no hasta que me explique porque esta caja tiene 10 clavos cuendo dice claramente que tiene 12

    ya le e dicho que de vez en cuando la empresa se equivoca y manda clavos de mas o de menos en las cajas no es miculpa—le dije.

    ¿que no es su culpa? claro que es su culpa. deveria contar cuantos clavos hay en cada caja.

    ¿y usted contaria cuantos clavos hay en cada unas de la mil cajas que entran solo para que un cliente no se queje?

    por supuesto.

    mire tal vez usted tenga tiempo de sobra para hacerlo pero yo no asi que le recomiendo que se vaya a su casa y vuelva mas tarde.

    claro que vovere, y volvere con las atoridades.

    se fue caminando dejandome furioso por su insistencia de que todo sea perfecto. antes de que pase nada mas cerre todo, puse la alarma y me fui a relajarme en una jarra de cerveza

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  34. Hola Abel y a tod@s. Soy nuevo en esto y hasta hace bien poco no sabia la cantidad de gente que le apasiona la escritura en forma de pasatiempo. Lo mio como en muchos otros, viene de hace algunos años, intentando escribir algo que me lleve siempre a subir un escalon mas en los textos,dialogos y demás. Buscando en este invento llamado internet…..ja ja (risa de emoción) os he encontrado!! FELICIDADES por todos vuestros comentarios y a quien promueve esta forma de hacer amigos. Un saludo de alguien al que le gusta escribir. Ízhar.

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  35. -Valla día de locos el de hoy ¿No Patch? -Tina llamo mi atención. Asentí, verdaderamente no tenia ánimos para hablar con ella, el día estuvo muy cansador, faltan 10 minutos para irme ojalá no venga nadie.
    Veo como el muchacho que hace varios días vino por un teléfono y el Señor Rodríguez me dijo que le vendiese uno en mal estado que teníamos y como mi empleo dependía de un hilo, no tuve mas remedio que hacerlo.
    El Señor Ricachón venia hacia mi, ahí vamos Patch, ve por el.
    -Buenos días, ¿Que se le ofrece? -Pregunte sínicamente
    -Hace unos días compre este teléfono aquí, resulta que el teléfono no tiene señal y la pantalla se queda en bloco cada 20 segundos, ¿Puede usted cambiarlo?, tengo garantía de 3 años.
    -Disculpe, ¿Puede darme el teléfono, por favor? -Pregunté
    -Claro -Dijo, saco la caja color blanca y me la entregó -Espero que pueda hacer algo señor
    Miro el teléfono atentamente, si no fuera como necesito el empleo le diría la verdad, pero como conozco el teléfono lo hice funcionar para mi, antes de entregárselo lo volví a poner defectuoso.
    -Señor, permítame decirle que esto se encuentra en perfectas condiciones -Dije mirando fijamente al ricachón
    -Disculpe, ¿Esta usted hablando enserio? -Dijo-Mí mujer comprobó que yo no estaba imaginando los problemas.
    -Lo siento señor, no podemos cambiar el teléfono, no tiene ningún problema -Intento calmarme, pero realmente me pone tenso mentir
    -Señor, yo se lo que vi este teléfono tiene problemas y quiero que me lo cambien de inmediato.
    -Por favor señor le vuelvo a repetir que no tiene ninguna falla, puede retirarse, tengo muchos clientes que atender -Estaba mintiendo, pero quería sacarme a este Imbécil de encima
    -¿¡Me esta usted tomando el pelo!? -Gritó
    -Señor por favor manténgase calmado, no quiero tener que llamar a seguridad -Advertí, pero me ignoro completamente
    -¡ESTE LUGAR ES UN FRAUDE! -Grito lo suficientemente algo para llamar la atención de algunas personas, ¡Oh no, esto no es bueno!-Voy a llevarte al mayor juicio de tu vida si no me cambias el maldito teléfono -Amenazó
    Inmediatamente llame a seguridad y sacaron a este imbécil a la fuerza, sus amenazas no me asustan, el señor Rodríguez se encajará.

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  36. ¿Pero que m***da? Estoy tratando de utilizar mi nuevo teléfono y este no anda. Marta me dijo que estaba defectuoso y por testarudo no la escuché. Agarre mi auto y me dirigí hacia el local de electrodomésticos «Mac’s». Entro sin hacer mucho lio, me dirijo hacia atención al cliente y presento mi queja; Inmediatamente me mandan con el vendedor.
    -Buenos días, ¿Qué se le ofrece?
    -Hace unos días compre este teléfono aquí, resulta que el teléfono no tiene señal y la pantalla se queda en blanco cada 20 segundos, ¿Puede usted cambiarlo?, tengo garantía de 3 años.
    -Disculpe, ¿Puede darme el teléfono, por favor?
    -Claro -Saco de mi maletín la caja del teléfono y se la entrego -Espero que pueda hacer algo señor
    Veo al señor desarmar la caja y tomar el teléfono en sus manos, lo enciende y me mira con cara de frustrado.
    -Señor, permítame decirle que esto se encuentra en perfectas condiciones -¿Me estará tomando el pelo?, yo mismo vi sus defectos, ¿Es que esta ciego?
    -Disculpe, ¿Esta usted hablando enserio?, mi mujer comprobó que yo no estaba imaginando los problemas.
    -Lo siento señor, no podemos cambiar el teléfono, no tiene ningún problema -Su cara esta tensa y a la ves calmada, ¿Cómo hace eso?
    -Señor, yo se lo que vi este teléfono tiene problemas y quiero que me lo cambien de inmediato.
    -Por favor señor le vuelvo a repetir que no tiene ninguna falla, puede retirarse, tengo muchos clientes que atender
    -¿¡Me esta usted tomando el pelo!? -Grité
    -Señor por favor manténgase calmado, no quiero tener que llamar a seguridad -¡Este maldito Hijo de P***!
    -¡ESTE LUGAR ES UN FRAUDE! -Grité mucho mas fuerte llamando la atención de varias personas -Voy a llevarte al mayor juicio de tu vida si no me cambias el maldito teléfono -Amenacé
    El estúpido vendedor llamo a seguridad y estos me sacaron a la fuerza. Maldito estafador.
    Lo primero que hice fue llamar a mi abogado, esto no se iba a quedar así.

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  37. Cliente
    Entre nuevamente a la tienda del sr. Suarez pero esta vez me
    encontraba demasiado enojado, hacía unos pocos minutos había comprado
    un paquete de salchicas al llegar a mi casa y ponerlas a freír me di
    cuenta que estás saltaban demasiado con el aceite provocando que
    terminara con la cocina toda sucia.
    -¡Sr. Suarez estas salchicas saltan mucho con él aceite!- dije
    gritando
    -Calmese señora Regina, yo no sabía que eso pasaba con las salchichas-
    -¡Como no va a saber, ¿acaso no sabe que tipo de productos vende?-
    -si, pero en este tipo de productos no hago pruebas para saber
    cuales saltan y cuales no-
    -pues a mi no me interesa quiero mi dinero de vuelta no pienso
    pagar por algo que ni siquiera sirve-
    -pero las salchicas sirven, no puedo regresare su dinero porque
    usted ya se las ha llevado a su casa-
    -a mi no me importa quiero mi dinero de regreso-
    -por favor entiendame yo no tengo la culpa-
    Al final de todo recapacite y me di cuenta que el sr. Suarez tenía la
    razón, me disculpe con él y me dirigí a mi casa después de haber causado
    tanto alboroto por unas salchichas

    vendedor
    Segui acomodando algunos productos en el almacen, las ventas de
    hoy no habían estado muy bien, así que no tenía nada que hacer. De
    repente escucho el timbre me dirijo al mostrador y me encuentro con
    la señora Regina que había venido unos minutos antes a comprar unas
    salchichas, estaba muy enojada y me vino a reclamar por que según
    ella yo no le había avisado que saltaban mucho con el aceite y quería
    de vuelta su dinero intente explicarle pero no m escucho
    -¡Sr. Suarez estas salchicas saltan mucho con él aceite!-
    -Calmese señora Regina, yo no sabía que eso pasaba con las salchichas-
    -¡Como no va a saber, ¿acaso no sabe que tipo de productos vende?-
    -si, pero en este tipo de productos no hago pruebas para saber
    cuales saltan y cuales no-
    -pues a mi no me interesa quiero mi dinero de vuelta no pienso
    pagar por algo que ni siquiera sirve-
    -pero las salchicas sirven, no puedo regresare su dinero porque
    usted ya se las ha llevado a su casa-
    -a mi no me importa quiero mi dinero de regreso-
    -por favor entiendame yo no tengo la culpa-
    Al final entendio y después de disculparse se retiro nuevamente

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  38. 1
    Hoy me levanto como todos los días a las 7 de la mañana, es lo que me hace de algún modo una persona responsable, compro el periódico y leo los encabezados mientras el me da el cambio, siempre debo oír algún comentario sobre actualidad de parte de mi vendedor canillita, el aprovecha este momento para de algún modo hacerme saber su pensamiento sobre la noticia importante del día o la más polémica o aquella que me puede afectar, porque aunque lo conozco de hace años nunca me termino de cuadrar.
    Odio a mi canillita cuando se pone denso en las mañanas y me contraria todo, que el mundo es de un modo que la realidad no se percibe como es, que siempre está dormido al comenzar el día. Eso me da furia. Y siempre me retiro enojado. Hoy me dice que se vende cada vez mas revistas sobre marihuana, yo le digo que esto se está trasformando en una moda, y que la gente está dormida mientras la juventud está colgada.
    Cada vez que vengo temprano siento que él está esperando para contarme algo que me moleste, ya está preparado con una idea armada que él sabe que es para mí, y disfrutarlo porque sabe que carezco de su juventud, de su forma de hacer las cosas de su forma de pensar tan banalmente, de hacerme sentir un sujeto intolerante a ciertas cuestiones. "Las minitas" dice él, y me pone loco y le digo vos sí que no entèndes nada! Las mujeres pibe, las mujeres. No la minas como decís vos¡ estas mujeres son las que te hicieron nacer, en este mundo de mierda que según vos solo hay que dormir y no trabajar.

    2
    Hoy recibo como todas las mañanas a enrique un sujeto insoportable, posee una rapidez mental inigualable. Es un sujeto que madruga hasta los domingos por una cuestión de hábito. Y 7 de la mañana lo tengo en el puesto, le encanta discutir, es abogado y siempre quiere tener la razón. Nuestra relación de años se torna rara, de algún modo ambos sabemos cómo son las cosas, yo soy más abstracto y me gusta volar.
    Me encanta dormir, soy una persona que sabe que un cuerpo sano se hace con poco sufrimiento, odio quienes valoran el trabajo como salud. Si fuera por mí dormiría todo el día, y me levantaría para hacer las cosas que alimentan mi alma, que agrandan mi conciencia; leería libros con menos tapujos, escribiría más, y seguro estoy que no hablaría con enrique.
    -Enrique como te odio cuando te pones así, me haces acordar a todos los pelotudos que no piensan y que solo hablan. Y él me dice:
    -y vos me haces acordar a todos los boludos que piensan hablando pero que no procesan lo que dicen.
    – Cuando te pones así me dejas sin pensar Enrique. Pienso en que me estas gastando el momento del día que odio, que es la mañana y que sin duda lo odio porque estas vos en todas ellas. Que ya venís pensando que me vas a decir, solo para hacerme arrancar mal el día. Para ganar una vez más, porque vos, de acá te vas victorioso y yo me quedo pensando en las cosas que decís y en lo estúpido que te ves, y que me veo yo, discutiendo con vos.
    Enrique me tiene arto ojala se muera digo a veces pero contradigo mi propias palabras pensando conscientemente que es una estupidez hasta el pensar de ese modo. Si creo que es un sujeto brillante y tiene mi misma edad. Y que en el fondo me quiere, pero no sé porque, ¡pero me habla como un padre!

    Enrique: – dame la thc
    Canillita:- son 25 pesos.
    ¡Hasta mañana Enrique¡
    ¡Hasta mañana José¡

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  39. 1 ) Llega un cliente a ver calzado en mi zapatería. Le atiendo cordialmente consultando el modelo o la utilidad que le va a dar al producto, escoge una de las zapatillas más económicas, paga y se retira. Dos días más tarde regresa con el calzado y con un tono disgustado me muestra que están rotas, que se le rompieron de la nada haciendo gimnasia, y exige una devolución. Le explico que esa marca de zapatillas no cuentan con una garantía y que no puedo solucionar su problema, me plantea lo mucho que le han costado, por más que su precio sea barato; le vuelvo a explicar que es una marca sdin garantías y menos la tendría si se usan para realizar actividades deportivas. Me mira con su decepción impresa en su rostro y se retira dejando el eco de un portazo de carácter furioso.

    2 ) Me hacia falta calzado y como tenía unos ahorros opté por recurrir a ellos y no pedirle dinero a mi madre. Fui hasta la zapatería más fiable del pueblo, encontré unas zapatillas a muy buen precio y no dudé en pagarlas.
    A los dos días durante la clase de gimnasia jugamos futbol y cuando estábamos terminando el partido siento que se raja la tela de mi zapato del pié derecho. Esa misma tarde los puse nuevamente en su caja y se los lleve a él zapatero, con la ilusión de que me los cambiara por otros, no había pagado con mis ahorros de dos meses para que él negara mi petición, pero así fue. Desde ahora ya sé que no le debo comprar más nada.

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  40. CLIENTE Enfadadísima, tras comprobar que la lámpara que acababa de comprar no funcionaba, corrí de vuelta hacia la tienda. Al entrar, el dependiente estaba hablando por teléfono. Esperé 5 minutos de cortesía antes de empezar a hacerme notar. Tosí. Volví a toser. Él sabía que estaba allí, me había mirado varias veces, pero la conversación parecía más entretanida que su trabajo.
    Mi ira aumentaba por momentos, por lo que me parecía una falta enorme de educación. Tras 17 minutos exactos, colgó el teléfono y se dirigió a mi como si nada.
    – Uy, ¡que mala cara tienes! ¿Ya no te gusta la lámpara?- dijo.
    – ¡Vaya manera de tratar a los clientes! ¿Me conoce de algo para tutearme? ¡Esta lámpara no funciona, y además le faltan piezas!- le espeté.
    – Perdone USTED. Vamos a ver que le pasa…- La revisó por encima y me miró con sorna – Señorita, esta lámpara está perfectamente, y llos adornos que le faltan están pegados en la parte de abajo para que no se pierdan…
    – Pues no enciende, y eso no creo que sea por los adornos…´- Saqué la bombilla con la que había probado la lámpara- y esta bombilla está nueva, la he probado con la lámpara y ¡no enciende!-
    – Jajaja- , ¿como tenía el valor de reirse de mi? – Antes de venir a gritarme, podía haber probado una bombilla que fuera válida para esa lámpara… señorita… viene especificado en la caja…

    DEPENDIENTE Tras una mañana poco agitada en la tienda (solo había vendido una par de lámparas y 5 o 6 bombillas de bajo consumo), decidí llamar a Teresa, que siempre me da buena conversación, para pasar el rato. Cuando llevaba un par de minutos hablando, entró la última clienta que hacía una media hora que se había marchado.
    No le hice mucho caso al principio, pues me molestó que a esas horas que casi iba a cerrar, viniese otra vez y encima con cara de pocos amigos. Al rato empezó a toser y ví que estaba enojada. Decidí hacerla esperar un poco, no sé porqué lo hice, pero me gusta hacer rabiar a la gente a veces…
    No tardé mucho en colgar, y le traté igual que hace un rato cuando le había vendido la lámpara, con mi habitual trato amigable. Pero ella no estaba de humor… Me gritó que le tratase con más respeto y me lanzó la lámpara que acababa de venderle, gritando que no funcionaba y le faltaban piezas… La cogí al vuelo.
    Abrí la caja para comprobar qué pasaba, y vi que no había ningún desperfecto. Así se lo comuniqué y acto seguido sacó una bombilla del bolso. ¿Con eso había intentado probar la lámpara? ¡Pero si era de un tipo incompatible! No se cómo pudo enroscarla ni tan siquiera…

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  41. Cliente ********

    Apenas he tenido tiempo de llegar a mi casa y soltar las bolsas de la compra en el suelo cuando me doy cuenta. El arma que he comprado no me servirá para mis propósitos, ni mucho menos. Debo volver y conseguir una mejor, más grande, más potente.

    Nada más llegar al puesto puedo ver en la cara del vendedor lo que se avecina. Se supone que él no puede vender armas y yo no puedo comprarlas, ni tan siquiera debería querer poder comprarlas. La tienda está, a diferencia de cuando vine antes, llena de gente y exigir una devolución por aquello que deseo va a ser complicado. Me acerco al mostrador, levanto la bolsa que contiene el arma y, con toda la tranquilidad que me es posible acumular en mi voz, le digo al vendedor «esto no me sirve». El vendedor me responde que no se admiten devoluciones. Insisto, «necesito que me descambie este producto», y es cierto, lo necesito, no tengo dinero para comprar otra.
    De repente, en un instante, el vendedor saca una especie de escopeta que parece tener escondida bajo el mostrador. Soy un idiota, no me he dado cuenta de que la tienda se acababa de quedar vacía, solos el vendedor y yo.

    De alguna manera, consigo sacar mi pistola de la bolsa de forma relativamente fácil y rápida. Ahora estamos los dos solos y, por primera vez en mi vida, alguien a quien apunto con un arma me apunta con otra. En estos momentos solo puedo pensar una cosa: si no soy capaz de salir con vida de esta, tampoco habría sido capaz de salir con vida de aquello para lo cual necesitaba un arma más grande.

    Vendedor *******

    Mierda. Sabía que me traería problemas. Uno no sobrevive en este negocio si lo descuida vendiendo este tipo de material a ese tipo de persona. Desde que le vendí el arma supe que era un novato, y los novatos siempre, o casi siempre, acaban trayendo problemas. Todo el mundo que sepa algo sobre el negocio sabe que, cuando se compra un arma, no se debe volver al lugar en el que la compró en una larga temporada. No es que sean reglas escritas, es algo que todo el mundo sabe…también se que si le doy lo que sea que venga pidiendo, acabará volviendo y volverá a ponerme en peligro.

    «Esto no me sirve», me dice el novato con una voz un tanto ridícula. Intento dejar las cosas claras y, por el bien de los dos, espero que entienda el mensaje. «No se admiten devoluciones». Creo que no necesito decir más. Cualquier persona con medio cerebro que se haya criado en esta ciudad sabe lo que se esconde detrás de esa frase.
    El novato vuelve a abrir la boca, esta vez con un tono más serio, más imponente. Ni siquiera escucho lo que dice, porque en el momento en el que empieza a hablar el último cliente que quedaba en la tienda sale por la puerta. Es ahora o nunca, si me lo cargo rápidamente puedo salir de esta airoso.

    Saco mi escopeta de debajo del mostrador con la esperanza de poder dispararla tan pronto como la cabeza del novato esté a tiro.
    Para mi sorpresa, este idiota es capaz de sacar de la bolsa el arma que me negué a descambiar antes de que haya podido dispararle. Ahora sí que estoy jodido, en cualquier momento puede entrar otro cliente y no estoy muy seguro de qué pasará si aprieto el gatillo, normalmente soy yo el más rapido. En este negocio, todo el mundo sabe que nunca hay que subestimar a un enemigo, todo el mundo menos yo.

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  42. Son las 6:02 de la mañana, suena mi celular, -Hola, Contesto con voz casi inaudible… -Buen Día Mostrita, ya es hora. Era Luis que como todas las mañanas, mientras caminaba a su autobús que lo llevaba a su trabajo, me marcaba para avisarme que era hora de levantarme y llevar a mi hijo adolescente a la Secundaria, bueno esto ya se había convertido en una costumbre, ya que no tenia alarma y suelo tener muy buen sueño. Me levante, mientras mi mente platicaba sobre los pendientes del día, y de vez en vez también la parlante, mi mente, recordaba que sentido tenia mi vida ya tan trillada por la costumbre del día a día, en fin, levante a Leon, y lo lleve a sus Clases, al regresar, buscando que ponerme, sacaba un pantalón y una blusa blanca, y pensaba si combinaban o mejor me usaría un vestido a zebra que me encaja bien.

    se dieron las 9 de la mañana y ya iba retrasada, que raro últimamente me suele pasar, es como, si ya no tuviera sentido seguir en el mismo trabajo, mientras manejaba camino a mi oficina, mi amiga parlante, seguía con su chismorreo, si tendría la odiosa junta de todos los martes, con esos odiosos que solo piensan en arreglar las cosas y sin embargo, las tienen todas echas bolas y solo hablan de lo mismo sin encobrar ideas creativas para realzar el sentido de la educación del futuro de nuestra nación, bla bla bla…. Llego a la entrada de mi Trabajo, y para colono el vigilante no esta en la entrada y el portón esta cerrado, me pregunto si habrá ido al baño, o solo andará por ahi viendo pasar la gente, por fin lo veo, y me siento mal de tener pensamientos negativos a hacia su persona, bueno después de todo solo fue a buscar una escoba para embellecer el pequeño espacio donde se pasa cerca de 10 hras parado en la entrada, me abre el portón y me saluda con su característica sonrisa franca.

    Dentro de mi pienso, esta bien,parece que el día inicia de lo mejor, entro a mi oficina y prendo como todos los días mi PC, mientras hago esto, tocan a la puerta, y entra Dalia con una sonrisota de oreja a oreja, me dice, Jefa la están esperando, -Quien?, – Es el padre de Omar, que quiere hablar con usted sobre un adeudo. – De acuerdo, hazlo pasar.

    -Buenos Dias Maestra, – Buen Día Sr Corza, como esta el día de hoy? en que pudo ayudarle estoy a sus ordenes?
    – Pues vera, vengo por que estoy muy molesto con esta universidad, estoy desilusionado, me ha defraudo. – Como es esto Sr. Corza, déme la oportunidad de saber que es lo que lo tiene así? – Soy una persona que nunca eh fallado en las colegiaturas y ahora resulta que mi hijo no puede entrar a clases por que tiene adeudo y para colmo van y me lo sacan como si fuera un vil ratero de clases, que esta escuela es solo números, dinero, donde queda la educaron? donde queda la amabilidad, es acaso que solo los estudiante solo son un numero mas? Creí que había elegido lamedor opción para mi hijo, y veo que me eh equivocado rotundamente. Mientras el sr hablaba con ojos que sacaban no solo rayos si no nubarrones, vientos y aires que soplaban mi cabello y sentía en cada palabra que me daba una bofetada que me volteaba la cara de lado a lado. -Sr. Corza tranquilices debe tratarse de un error, permitame entrar en el sistema y verificar que los números sean nos correctos, y mientras hago esto, le explico, para nosotros la educacion del alumno es lo primero. (bueno mientras decía esto recordaba al de cobranza del corporativo, con su extenso correo acerca de realizar la cobranza a tiempo y hacer aplicar el reglamento y las políticas dejando no entrar aquel alumno que tuviera mas de 1 mes de adeudo, y mientras yo estaba frente a un padre furioso que veía el otro lado de la moneda, y yo en medio de la batalla tratando como buena negociadora buscar la media onza que diera el equilibrio, aja, como si esto furia tan fácil, cuando casi siento que me ahorca en una palma cercana al estacionamiento, por querer un administrativo sacar a su querido hijito de la universidad por no pagar a tiempo) En fin mientras la gran parlante que tengo por mente me decía estas cosas, entre al sistema y efectivamente el Sr. Corza tenia un adeudo de 3 meses. tome respiración y buque las palabras que mejor le pudieran sonar en sus orejas peludas al Sr. Corza.

    -Sr. Corza, lamento su episodio que le hicimos pasar, pero lamentablemente usted presenta un atraso de mas de 3 meses, su ultimo pago fue realizado en Agosto y estamos por entrar a Diciembre, no se si se le haya presentado algún problema económico y no se haya acercado a nosotros para apoyarlo con algún plan de pago?
    -Comoooo esto no es posible yo le he dado a m hijo la mensualidad todos los días 2 de cada mes, esto es un error inaceptable.
    – El sistema esta diseñado para que inmediatamente en cuanto usted realice el pago en el banco a travez de su matricula, se vea reflejado, este sistema no puede ser manipulable por ninguno de nosotros en el campus. Tendrá usted los comprobantes?
    -Los tiene mi hijo, en este momento le estoy marcando para que los traiga.

    Mientras el hablaba con su hijo, yo recordaba un caso parecido de hacia algunos días, sobre una estudiante que se gastaba su mensualidad que sus padres le daban en ropa y una buena IPAD ultima generación, y no realizaba sus depósitos de la mensualidad. Como era posible que las nuevas generaciones estaban tan falta de valores, que era lo que estaba pasando, era acaso culpa de nosotros los padres, o talvez, será que con tanta desinformación en internet los jóvenes tengan tantas herramientas para tomar loquee mas les convenga, mmm pensaba en mi hijo que cas nació sabiendo manejar los videojuegos y que el internet era parte de su vida, pero en todo caso que los empujaba a tomar decisiones tan desconsideradas, o en que momento perdimos el control nosotros los padres, mientras mi mente que es una cotorra de primera seguía con su bla bla bla, El sr. corsa con un tono mas bajo y con una cara de aun mas vergüenza q desilusión me dice con una voz quebrada, y con gestos de no saber que decir, Maestra, disculpe las molestias, creo que tengo que ir a casa y platicar con mi hijo, ya que me comenta que no tiene los comprobantes, tendré que regresar mas tarde a platicar con usted. No se preocupe Sr Corza, estoy para servirle, y en lo que podamos apoyarle no lo dude. Me estrecho la mano y bajo la mirada. Mientras me daba la espalda para salir de la oficina, sentí pena por el, es muy probable que se trate una vez mas de ! Los nuevos valores ´´PRO´´ de los jóvenes.

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  43. El cliente:
    Un cliente entra a una verdulería y compra una manzana, su precio es $5,00. El vendedor, quiere cobrarle $6,00 porque la fruta es muy grande.
    El cliente no está de acuerdo porque no importa el tamaño, el precio es constante sin importar esa cualidad.
    El vendedor:
    Un cliente entra a la verdulería de un vendedor y compra una manzana, su precio es $5,00. Decide aumentar su valor a $6,00 porque el tamaño es excesivamente grande y en este caso, la variación de peso sí importa porque es cobrado por el peso de la fruta.

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  44. Cliente
    – Buen día, Caballero – Fue lo primero que pude escuchar al entrar nuevamente a la tienda aquél repentino día nublado, de esos perfectos para permanecer en casa, cuando resolví volver en busca de café.
    – ¿Buen día? – Respondí desapaciblemente.
    – ¿En qué le puedo ayudar? – Añadió el aguileño y mortecino vendedor con un grotesco deje de curiosidad, como si de un enmarañado enigma se tratase.
    – ¿Le parece a usted un buen día para salir de casa, – señalé blandiendo mi pesado paraguas – regresar y, encima, tener que salir nuevamente? –
    – No le comprendo, Señor – Continuó el flacucho.
    – He llegado a mi piso y me he encontrado con que falta mi café. – Repliqué – El cuál fue el motivo principal por el cual decidí salir ¡Y vaya que lo he pedido! – Añadí con aire gélido y enojoso esperando hacerle comprender el motivo de mi enfado.
    – ¿Trae usted su factura? – Preguntó el enteco al tiempo que me lanzaba una mirada perpleja como insinuando que de una facinerosa treta me valiese.
    – Un momento – Objeté mientras revisaba mi macuto.
    Al cabo de un momento comencé a sentir un fuerte escozor en la nuca.
    – Disculpe, Señor – Observó el enclenque – Hay personas en la fila –
    – ¡Le he dicho espere! – Interrumpí mientras me sobaba bregadamente para luego voltear a comprobar su intervención.
    ←Continúa→
    ______________________________________________________________________________________

    Vendedor
    – Buen día, Caballero – Dije automáticamente cuando escuché el ‘tiling’ de la campana sonar de forma repugnante y pensé – ¡Una más y exploto! –
    – ¿Buen día? – Contestó el hombre con un tono mucho más penetrante que la propia campana en sí.
    – ¿En qué le puedo ayudar? – Comenté sorprendido al notar que se trataba del mismo sujeto que había entrado algunos minutos antes.
    – ¿Le parece a usted un buen día para salir de casa, regresar y; encima; tener que salir nuevamente? – Dijo con desdén.
    Tal actitud me hizo pensar en lo afortunado que era el sujeto por poder salir y disfrutar de un día tan poco común y que, en su lugar, prefiriera quedarse en casa; cuando, para alguien como yo, resultaba extraño incluso estar en casa.
    – No le comprendo, Señor – Exclamé con doble sentido.
    – He llegado a mi piso y me he encontrado con que falta mi café. El cuál fue el motivo principal por el cual decidí salir ¡Y vaya que lo he pedido! – Comentó el hombre, que pareció haberse llenado de cólera más por mi expresión que por la falta de su preciado café.
    – ¿Trae usted su factura? – Pregunté con impresión.
    – Un momento – Dijo mientras revisaba su bolso y se rascaba la nuca.
    – Disculpe, Señor – Resolví aclarando con molestia ante su reacción de descuido y falta de cortesía – Hay personas en la fila –
    – ¡Le he dicho espere! – Respondió él mucho más alterado aún.
    ←Continúa→

    Responder
  45. 1) cliente: todos los días paso por el kiosco, no puedo creer que me hallan mentido. Yo pasaba, solo para ver si estaba la película que espera ya que no pude ir al cine a verla. Pasaba toda transpirada de correr a preguntar, ellos me decían no y yo preguntaba cuando y contestaba no se. Esa era mi rutina de las seis de la tarde. Un día, después de correr mas de lo esperado para prepararme para una carrera. Cuando me dijo el si, casi me caído, le repetí bien el nombre de la película, me tomaba como loca y me dijo lo que yo quería escuchar. Pero lo que me defraudo fue cuando llego a mi casa. Lo que paso, fue que cuando puse la película en el reproductor no andaba. De toda la bronca que tenia salí de inmediato, no tenia voz cuando llegue. Todos me estaban mirando. No tenia problema de la gente le iba a decir lo que pensaba no me iba a a guardar de nada.
    Yo: – que te penas? No me voy a dar cuenta que la película anda mal! Por algo me la vendiste mas barato!
    Vendedor: -yo te dije que te la daba pero no estaba bien.
    Yo: -sisis deja te de joder! Te estas encubriendo TARADO!!!!! yo no me olvido de nada
    Vendedor: -no grites que alternas a los clientes.
    Yo: -yo altero todo lo que quiero.
    Vendedor: -te doy algo a cambio, lo que quieras pero andante o deja de gritar.
    (Era un kiosco tampoco tanto) yo: – no nada a cambio, me vas a dar la misma película pero bien si no rompo todooo…

    2) vendedor: todos los días pasaba la misma flaca, y no entendía que no esta. Era su rutina, un día me canse y se la di. Yo siempre la tuve, pero andaba mal. Pero me canse tanto que un día se la di, se callo cuando se lo dije. 5 minutos después apareció devuelta, que carajo quería. Ya la vio? Quiere otra? Que se valla a otro kiosco! No la quiero mas!
    Ella: – que te penas? No me voy a dar cuenta que la película anda mal! Por algo me la vendiste mas barato!
    Yo: -yo te dije que te la daba pero no estaba bien. Era la verdad, pero iba a decir lo contrario porque nadie sabia lo que paso.
    Ella: -sisis deja te de joder! Te estas encubriendo TARADO!!!!! yo no me olvido de nada. Últimamente están todos locos.
    Yo: -no grites que alternas a los clientes. Los clientes la miraban y me miraban a mi. Ya no van a comprar nada.
    Ella: -yo altero todo lo que quiero. Ya me di cuenta
    Yo: -te doy algo a cambio, lo que quieras pero andante o deja de molestar. No lo odia creer, que hincha, que quiere? Me torturo dos meses.
    ella: – no yo no quiero nada a cambio, me vas a dar la misma película pero bien si no rompo todooo…

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  46. ya me disponia a ir me directamente a casa, en mi mente escucho la voz de mi esposa diciendome:
    -Que no se te olvide el pan.
    y me dirigi a la panaderia mas cercana
    entre y me dirigui hasta donde estaba el vendedor
    -por favor deme un pan de azucar..
    -claro. dijo el vendedor. son cuarenta bolivares.
    solo tenia cien asi que se los di,y me devolvio los vueltos, cuando entro en mi coche vi que me habia devuelto 30 bolivares cuando en cuando en realidad me tenia que haber devuelto 60, entonces me baje y volvi a entrar para reclamarle.
    -señor se equivoco,le di 100 usted me tendria que haber dado 60 de vueltos pero no, me dio 30
    -no señor usted es el que esta equivocado usted me dio 70 bolivares. dijo el vendedor.
    -no señor yo le di cien exijo que me devuelva mi cambio correcto

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  47. Estaba sentada en mi escritorio, con el café ya helado, intentando resolver un problema interno de la empresa. El asunto es que, por un error que cometí la semana pasada (lo admito, pura distracción), no daban los números en el sector contabilidad. ¡Qué desesperación!
    Se me erizaba la piel cada vez que veía a mi jefe pasar a mi lado, con esos ojos de gato, al acecho de su presa (pero como me gustaban esos ojos). Por lo menos, así lo sentía yo, aunque, a decir verdad, a nadie le interesaban mucho los problemas de las otras oficinas.
    A lo lejos, detrás del mostrador, escuché un “pss!”. Lo ignoré. “Pss!”, giré mi cabeza, miré hacia los lados, esperando que suceda el milagro de que ese llamado haya estado dirigido hacia otra persona. Me levanté, puse cara de resignación. Le pregunté que necesitaba. Una señora bastante mayor, e impaciente, transpirada, me comunicó la necesidad imperante de efectuar un trámite que, afortunadamente no correspondía a mi oficina. Con la amabilidad de siempre (la que se adhiere a mi cara como una máscara de 8 a 17 hs), le dije que fuera al cuarto piso, allí le podrían atender. Me di la vuelta. Otra vez, “pss!”. Mi nombre es Alicia (detesto cuando la gente me llama como a un perro), le respondí, por favor, vaya a la oficina que corresponde, cuarto piso. La doña, haciendo ademanes con las manos, como espantando moscas, exigió hablar con mi jefe. Que no podía ser, que la empresa era una sola, por lo tanto cualquiera podría ayudarla, que se recorrió diez (mentira) oficinas antes de esta, y por lo tanto debía atenderla (y, por sus gestos, hasta entregarle mi alma). Di media vuelta, volví a mi escritorio, nerviosa, preocupada, indignada y pensando en resolver lo de la semana anterior. Andaba por ahí mi jefe, se acercó para repetirle exactamente, las mismas palabras que le dije diez segundos antes. Se fue tranquila (porque claro, hablar con un superior es palabra santa) al cuarto piso. Ahora, mi nombre figura en el libro de quejas.

    Desde que desperté esa mañana, con un dolor en la cintura de muerte, supe que ese no iba a ser un gran día. Tenía turno con el médico a las cuatro, y luego, visitar a mi hija que volvía de vacaciones. A las dos, fui a la empresa de seguros para renovar unos papeles, nada complicado. Cuando llegué, en mesa de entradas, tenía unas quince personas delante y bueno, a esperar. Llegó mi turno, “señora, vaya al primer piso”. No había nadie allí, el personal de seguridad me dijo que fuera a averiguar al segundo piso, allí seguro sabrían. Segundo piso, a escaleras porque el ascensor estaba en mantenimiento, nada. ¿Cómo puede ser esto? Una empresa de seguros! ¿Y si me caigo por las escaleras, qué? Qué ironía! Qué lugar más desastroso este…Llegué, cansada, como pude, al tercero. Llamé a una chica que vi a lo lejos, se hacía la que no me escuchaba la muy lista, no se cuántas veces tuve que chistarle para que me oyera y se acercara, con esa cara de nada, desganada, al mostrador. (¡Pero si ese es su trabajo, joder!), a ver, tengo que renovar estos papeles, necesito saber dónde dejarlos. Me miró mal, que no era esa su tarea, no podía ayudarme, que me fuera al cuarto piso…¡Pero si ya me recorrí todos los pisos! Por favor, un poco de coherencia, de sensatez, solidaridad! es que la gente no tiene ganas de trabajar, son dos papeles, ¡dos! Ella se dio vuelta, tuve que llamarla otra vez, si señores, otra vez. Esta niña no era idónea ni para trabajar de dependienta en un almacén de quesos. Solicité hablar con su jefe, otro ese, un medio calvo sonriente, que, viéndome así como estaba, cansada, desorientada, me ayudó, indicó que debía irme al cuarto piso, él mismo se hizo cargo de acompañarme en el ascensor interno, el que funcionaba, reservado para empleados, un buen hombre. A la de cara de nada, le dejé una nota en el libro de quejas, para que le pese.

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  48. *Cliente:

    Revisé la única bolsa de compras antes de subirme a mi auto viejo. No uno ‘clásico’, si no en verdad… una hojalata. Ni siquiera me tomé el tiempo para verme al espejo en este vestido, y es que no era para nada revelador; solo vi que era cómodo y era de mi talla. Estaba acostumbrada a utilizar mis cómodos vaqueros pero esto me serviría en unas cuantas horas. Mi día no podía empeorar más…, el vestido tenía un defecto del que ni me fijé. Tenía tanta suerte de haberme fijado en el error cometido antes de salir del centro comercial. A penas tenía para la gasolina y la prenda que acaba de comprar se había gastado mis pocos ahorros. Se supone que la política de la tienda acepta cambios y no devoluciones. Era mejor que nada…
    Al entrar de nuevo a la boutique la campanilla de la puerta volvió a sonar, así llamando la atención de un grupo de chicas. Cosa que odiaba en situaciones como estas. Me dirigí al mostrador y con educación le informé a la encargada de que el vestido azul marino tenía una horrible mancha en la espalda de la que no me había fijado. Suelo ser una persona muy despistada, pero soy observadora cuando puedo y cuando quiero.
    – Lo siento -dijo atendiendo a otra mujer sin verme de frente-, no se aceptan cambios ni devoluciones.
    Eso me confundió. Por supuesto que habían cambios. No había gastado todo ese dinero por nada. Era la primera vez que me decidí comprar ropa ‘de marca’ ¿Y esta mujer me impedía disfrutar de una adquisición con su actitud?
    -Se equivoca -afirmé reclamando su atención-. No hay ningún -alcé mi dedo índice para hacer énfasis- letrero que lo diga.
    -Escuche -espetó dejando de atender a la otra clienta-. No tengo tiempo para lidiar con su problema. Puede hablar con la gerente -ofreció señalando a una mujer que supuse, era la gerente- pero no creo que obtenga nada.
    No se que me molestaba más. Su tono agrio al tratar con una chica de tan solo dieciocho años. O sus expresiones de desinterés al tratar conmigo. ¿Era porque me veía como una niña indefensa que no se sabe defender? si era así, se equivoca; y mucho…
    -Sí, tal vez hable con ella -asentí con un tono neutro-. Tal vez me queje -obtuve su atención al hacer resonar mis palabras- del mal servicio.
    -Bien -captó mis intenciones-, ¿qué quiere que haga?
    -Cambie me esta prenda -insistí alzando el vestido con desprecio-. Es para un asunto urgente.
    ¿Cambiaría si le contase que: nunca había usado un estúpido vestido, pero esta vez era un asunto importante. Una entrevista de trabajo para realizar lo que más me encantaba desde pequeña. Siendo fotógrafa?
    -Ya le dije que no…
    -Vea a su alrededor -interrumpí alzando los brazos a los lados-. ¿Acaso ve un letrero? -mi paciencia se agotaba. Y yo era una mujer muy paciente.
    -Créame que si pudiera abandonar mi puesto…
    -¿Quiere que ponga una queja? -amenacé.
    Tenía que estar en la entrevista de trabajo en unas cuantas horas y yo ni siquiera estaba a kilómetros de mi departamento.
    -No -suspiró. Íbamos bien.
    -Entonces, por favor -imploré molesta-. Levántese a ver si hay algún letrero -se veía indecisa, así que pensé en una táctica-. Apuesto cien dolares.
    Me arrepentí tan rápido como lo dije. No tenía cien dolares en mi bolsillo y era la primera vez que entraba a una tienda -más o menos- lujosa. No estaba segura.
    -Hecho -sonrió confiada.
    Comencé a tranquilizarme cuando no encontraba nada que dijera algo al respecto. Pero no pude ignorar las murmuraciones de las demás empleadas con su vista puesta en nosotras. Las demás también nos veían, a mí me juzgaban con la mirada seguramente; al no vestirme tan bien como esas ricachonas, creo. La mujer fue a hablar con la gerente al respecto.
    -Cuanto lo siento -lamentó la gerente, una rubia con demasiado maquillaje-. Ahora mismo le realizaremos su cambio.
    Sonreí aliviada. Genial, ya tenía algo con que volver a hacer mi ahorro.
    -Muchas gracias -suspiré alegre porque algo me saliera bien.
    Me fui con cien dolares en mano. Un gran logro. Vi a esa mujer salir enfadada del estacionamiento. ¿Qué no tenía transporte? me vi obligada a ofrecerle ir conmigo al ver su semblante. Después de lo que habíamos pasado no creí que aceptara mi ayuda, y mucho menos que yo se la ofreciera. Pero todo el recorrido charlamos y resultó que teníamos muchas cosas en común. Ambas queríamos ganarnos la vida con lo que nos gustaba. Ser personas de éxito.

    *Vendedora:

    Mi primer día de trabajo en esta asquerosa tienda de ropa. En este mismo instante debería estar resolviendo ecuaciones, trabajando en la creación de un nuevo invento. Pero todo eso necesitaba de un fondo monetario. Si quería seguir estudiando en la universidad debía de trabajar. Pero lastimosamente esto era lo único que pude conseguir…
    La gerente me recibió calidamente, pero pudiera jurar que las demás junto a ella se la han pasado criticándome durante toda la aburrida mañana. Me dijo las reglas del lugar. Y la que más me repitió era que no habían ‘cambios, ni devoluciones’. Las demás cercanas se rieron en lo bajo. No se que tramarán, algo me dice que les caigo mal.
    -Lo siento -dije sin ánimos por lo atareada que estuve las últimas hora sin ver de donde venía esa voz-, no se aceptan cambios ni devoluciones.
    Una jovencita me había enseñado un vestido sucio, pero no esa clase de manchas que puedes remojar por un tiempo. No. Yo no tenía tiempo para sentir pena por ella, estaba ocupada atendiendo a una mujer que parecía de alta alcurnia.
    -Se equivoca -alcé la vista. Creí que ya se había retirado-. No hay ningún letrero que lo diga.
    -Escuché -mi amabilidad ya se había agotado-. No tengo tiempo para lidiar con su problema. Puede hablar con la gerente -señalé a esa mujer (que se creía Barbie) con sumo desprecio- pero no creo que obtenga nada -sinceré. Ya la había visto tratar, y no era muy amigable y razonable que digamos.
    Bajó la cabeza, como tratando de no gritar. No era mi culpa. Yo solo seguía ordenes, era completamente inocente. Por fin logré terminar de atender a la otra mujer, diez minutos más y ¡Libertad!
    -Sí, tal vez hable con ella -«suerte…» pensé- Tal vez me queje del mal servicio.
    -Bien -esta chiquilla se volvió detestable-, ¿qué quiere que haga?
    Pensé que podía hacer algo como ofrecerle algunos vestidos en descuento o algo parecido.
    -Cambie me esta prenda -otra vez con lo mismo…-. Es para un asunto urgente.
    Sí, como no. Esta debía ser una de esas chicas que tenían que comprar una ropa linda para su cita. Y lo más gracioso -dramático- es que a último minuto. Estas eran el tipo de personas que aborrecía con todo mi ser.
    -Ya le dije que no… -comencé a tratar de razonar.
    -Vea a su alrededor -interrumpió haciendo un gesto de mal gusto-. ¿Acaso ve algún letrero?
    No… no veía ninguno pero la gerente me había dicho todo lo contrario.
    -Créame que si pudiera abandonar mi puesto…
    -¿Quiere que ponga una queja? -inquirió esa niña molesta.
    Ya había tenido bastante con los profesores de la universidad, para que estaba diva viniera y me tratara como una persona de bajo nivel social.
    -No -dije mientras contaba mentalmente hasta diez, pero los números seguían y yo no sentía alguna diferencia…
    -Entonces, por favor -su cortesía me supo amarga-. Levántese a ver si hay algún letrero -vacile mientras observaba de reojo a la gerente-. Apuesto cien dolares -eso fue música para mis oídos- a que no hay ni uno.
    -Hecho.
    Entré en pánico al no ver ninguna prueba. Por fin me decidí a hablar con la gerente. Al acercarme a ella y contarle lo del asunto las demás trabajadores comenzaron a sonreír de manera escalofriante. Una risa malévola, como si hubieran hecho alguna travesura de la que yo era inconsciente…
    -Cuanto lo siento -dijo la gerente con tristeza fingida. Algo no andaba bien aquí-. Ahora mismo le realizaremos su cambio.
    Me quedé boquiabierta. Había perdido cien estúpidos dólares ¿Y todo por qué? por no utilizar mi cerebro en el trabajo como lo hacía en mis estudios.
    -Muchas gracias -alardeo la chica suspirando tras su victoria. Me despidieron. Eso era lo que querían ¿no?
    Las víboras se habían salido con la suya. Le diría adiós a mi Volvo plateado que aún seguía a la venta… Me sorprendí que la anterior mujer me ofreciera transporte, pero no iba a desperdiciar la oportunidad de ir en auto, aunque este no fuera de último modelo. La conversación surgió así de la nada y resultó que pensábamos casi siempre lo mismo. Me alegré dado que jamás había conocido a una chica que supiera muy bien de lo que hablaba. Ambas luchábamos día a día por realizar nuestros sueños. Y ser alguien en esta vida.

    —————————————————————————————————————————————
    En mi mente termina en que se vuelven amigas. Muy buenas amigas. Sí, solo eso se me ocurrió. Y me fue muy… muy interesante este ejercicio.

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