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Nick Cave publicó su disco Murder Ballads allá por 1996. El álbum recogía diez canciones que hablaban sobre crímenes pasionales y se adentraban en ese oscuro terreno en el que se mezclan el sexo, la muerte y otro buen puñado de bajas pasiones. Así que, al menos sobre el papel, nada hacía pensar que fuera a ser un disco especialmente comercial.
Pero sucedió algo que convirtió a Murder Ballads en el disco más vendido de Nick Cave and the Bad Seeds hasta la fecha.
El disco contenía dos duetos: Henry Lee, en el que colaboraba la gran PJ Harvey, y Where the Wild Roses Grow, que compartía con la no menos famosa Kylie Minogue.
El segundo de estos duetos se convirtió en un éxito inmediato. La MTV emitió el vídeo hasta la saciedad otorgando al grupo una visibilidad que no había tenido hasta entonces y Nick Cave acabó nominado al premio de Mejor Artista Masculino en los premios anuales de la cadena.
Nada demasiado extraño si uno se para a pensarlo. Los milagros ocurren.
Lo curioso es lo que sucedió justo a continuación: Nick Cave escribió una elegante carta a la MTV en la que rechazaba la nominación. Y no lo hacía por orgullo, sino por miedo a que la relación con su musa se pudiera resentir si ella veía que las canciones que le regalaba eran sometidas al siempre injusto escrutinio de una competencia como aquella.
Porque, reconozcámoslo, los concursos siempre son injustos. Tanto para el que los gana como para el que no lo hace.
Pero no es de eso de lo que te quiero hablar en la entrada de hoy, sino de la importancia de identificar cuál es la criptonita de tu musa. O, dicho de otro modo bastante más prosaico, qué es lo que mata tu inspiración.
Y con «inspiración» ya sabes que no me refiero al aliento divino emitido por ninguna criatura preternatural, sino a esas ideas que sólo llegan después de muchas horas de trabajo.
En mi caso, lo que mata mi inspiración es Internet. No tanto perder el tiempo navegando por ella, que también de vez en cuándo, sino ser consciente de sus engranajes internos y de cómo esta red funciona a muchos niveles de un modo que no me termina de convencer.
Por eso he tenido abandonados tanto el blog como las redes sociales durante todos estos meses.
Ha sido un tiempo muy productivo en lo literario, pero creo que me toca volver para intentar imprimirle un rumbo un poco diferente al portal… a pesar de que confío en que tampoco pierda su esencia.
Si queréis saber qué es lo que ando tramando, podéis seguirme en Facebook, Twitter o Instagram, o simplemente suscribiros a mi lista de correo.
Ahora os dejo con una libérrima traducción de la carta de Nick Cave de la que os he hablado.
21 oct 96
Para todos aquellos en la MTV,
Me gustaría comenzar agradeciéndoles el apoyo que me han brindado en los últimos años y la nominación que he recibido como Mejor Artista Masculino. Tampoco me ha pasado desapercibida la difusión que han dado a los duetos con Kylie Minogue y P. J. Harvey de mi último álbum Murder Ballads, así que, de nuevo, mi más sincero agradecimiento.
Dicho esto, necesito pedirles que retiren mi nominación y que, además de eso, elijan para cualquier premio o nominación que pueda surgir en un futuro a otros artistas que se sientan más cómodos con la naturaleza competitiva de este tipo de premios. Siempre he pensado que mi música es única e individual, y que existe más allá de los reinos habitados por aquellos que lo reducen todo a unas cualidades meramente medibles. No estoy compitiendo con nadie.
Mantengo una delicada relación con mi musa, en el mejor de los casos. Y creo que debo protegerla de cualquier influencia que pueda perjudicar su frágil naturaleza.
Ella viene a mí con el don de la canción y yo a cambio la trato con el respeto que creo que merece. En este caso, eso significa no someterla a las indignidades del juicio y la competición. Mi musa no es un caballo y no esta en ninguna carrera. Y si lo fuera tampoco la ataría a esta calesa, a este carro sangriento hecho a base de cabezas cortadas y premios brillantes. ¡Mi musa podría asustarse! ¡Podría echar a correr! ¡Podría abandonarme por completo!
Una vez más, aprecio el interés y la energía con el que trataron a mi último disco. Realmente lo hago y se lo agradezco una y otra vez, pero… no, gracias.
Suyo sinceramente,
Nick Cave
Contenta de volver a leerte 😀
Y yo contentísimo de estar aquí 😉
Hola, que bueno que volviste, si, es cierto, la musa se me fue a las pailas pero con la epidemia.
y si no hago algo el desastre puede ser mayor.
Gracias!!!!
Es curioso: con la obligación de estar en casa creí que saldrían novelas como churros, pero varios compañeros me han comentado que la pandemia los ha dejado secos en lo literario.
Supongo que es difícil concentrarse en lo accesorio (y escribir lo es si lo comparamos con otras cosas) cuando uno tiene tanto de lo que preocuparse.
¡Abrazo!
Me alegra leerte de otra vez. Qué bien que el tiempo haya sido de provecho.
Quiero agradecerte porque tu blog fue mi primer medio para aprender sobre esto que me gusta. Tus consejos me han ayudado muchísimo.
Cuando no hubo más entradas pensé «bueno, se acabó este episodio». Repito, siempre estaré agradecida con tu blog y contigo.
La carta de Nick Cave me impresiona y conmueve. Es cierto, en el mundo pasa mucho que sacrificas tus ideas, o gustos, por algo que se cree más beneficioso. Que bueno cuando alguien se respeta de esa manera a sí mismo y su trabajo.
Saludos.
Lo que hagas, bienvenido sea.
Muchísimas gracias por tu mensaje, Kerin. Me alegra mucho saber que te he podido ser de ayuda dentro de mis humildes posibilidades 🙂
Creo que lo más difícil de esto de escribir es decidir qué tipo de escritor quieres ser. Una vez lo decides, todo es cuestión de serle fiel al modelo que te has puesto.
Veremos dónde nos lleva el camino.
Abrazo fuerte.
De regreso!! Yey!! Que bien me encanta que estes aqui denuevo, a mi bueno por lo contrario bueno sin agraviar a nadie pero la pandemia a dado a mi vida un girl enorme escribi unos que otros poemas eh hice arreglos a mi casa que bien le hacian falta hice intro inspeccion personal jaja realmente use el tapa vocas asi para observar mas hablar menos en fin gusto de tenerte de regreso
Por fin volvemos a leerte Abel.
Ya te extrañaba y al mismo tiempo quería saber el motivo por el que no habías escrito. Pero después de lo que has explicado lo comprendo.
Bienvenido nuevamente y esperamos seguir teniendo noticias tuyas.
Desde Puebla, México recibe un abrazo.