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El mercado literario está en medio de una revolución que nadie sabe en qué terminará. Lo único que sabemos es que a lo largo de los próximos años cambiará significativamente nuestra forma de leer, y no sólo por la eterna batalla entre el libro en papel y el libro electrónico, sino que también por un cambio de costumbres entre los lectores al que las editoriales tendrán que adaptarse de algún modo.
Aunque se pueda hablar mucho sobre este tema, para los autores es cada vez más fácil autopublicarse y competir de igual a igual con las grandes editoriales en el mercado del libro electrónico. Pero para competir en papel, en cambio, el camino pasa casi siempre por las grandes editoriales… y el camino a esas grandes editoriales pasa por las Agencias Literarias, que son muchas veces esas grandes incomprendidas.
Los que me leéis desde hace tiempo sabéis ya que soy incapaz de ver las cosas de un solo color. Así que no sabría qué responder si alguien me preguntara si necesita o no un agente para su novela.
Todo depende de los objetivos que uno se ponga:
a) Si quieres poner la primera piedra en un largo camino literario, tal vez te convenga tener uno para poder publicar con una editorial de cierto nombre. Lo más seguro es que no vendas más que unos pocos ejemplares, pero te será mucho más fácil publicar una segunda novela.
b) Si lo que buscas, en cambio, es tener el mayor control sobre tu obra, tal vez te convenga más hacer una campaña de micromecenazgo (espero escribir pronto una entrada sobre este tema) y publicar una cantidad fija de libros (200, 500, 1000…). Esto te daría la libertad de venderlos a un precio que consideres justo, sabiendo que no te vas a quedar con stock en tu casa.
Todo esto está muy bien, pero…
¿Qué demonios hace un Agente Literario?
Siendo crudo, un Agente Literario tiene:
a) Un mayor conocimiento del mercado editorial que el autor
b) Unos contactos que el autor normalmente no tiene
Un Agente te ayudará a decidir en qué editoriales podría encajar mejor tu novela, y te indicará qué cosas necesitas mejorar en tu manuscrito antes de empezar a hacer los envíos.
Todo ello a cambio de un pequeño porcentaje de tus derechos de autor.
¿De verdad es todo tan bonito?
Ni por asomo.
Como en todo, hay agencias buenas, malas y regulares: Están las que te tratan con una educación exquisita a pesar de todo el trabajo que tienen y de lo «pesados» que muchas veces somos los autores, y las que te tratan como a un paria que no merece respirar su mismo aire. Las que te cobran cantidades desorbitadas por leer tu manuscrito, y las que no aceptan ni un céntimo hasta que no te han conseguido un contrato con una editorial. Y entre ellas, todo un universo de Agencias que oscilan entre estos extremos.
Yo personalmente desconfío de las Agencias que cobran por leer manuscritos porque pienso que no perderán nada en caso de no vender mi novela, pero eso es sólo una opinión personal. El consejo que más se suele dar al hablar de este tema es que te dejes guiar por la química que haya entre el agente y tú, porque cualquier Agente puede hacer bien su trabajo… igual que cualquiera lo puede hacer mal.
Normalmente suele ser cuestión de compartir objetivos.
Si agente y editor comparten un mismo objetivo, la cosa suele ir bien. Si no lo hacen… mejor lo dejamos para otro día.
La semana que viene publicaré un listado de Agencias con sus datos de contacto actualizados a 31 de mayo de 2014.
Mientras tanto, me interesaría saber lo que pensáis vosotros: ¿creéis que las Agencias Literarias son un mal necesario, o pensáis que hoy en día ya no son tan necesarias como hace años?
Recordad que éste es vuestro blog y que lo tenéis a vuestra disposición… 😉
Me parece una entrada muy interesante. No sé si sería mucho pedir que en el listado de agencias nos recomendaras algunas de tus favoritas. Yo personalmente te lo agradecería mucho.
De todos modos, muchas gracias por la entrada!
Ya al escribir esta entrada me estaba planteando si opinar o no sobre cada agencia… y la verdad es que no me parecería justo. Cada uno cuenta la fiesta según le ha ido en ella, y puede que a los que yo considero «menos buenos» simplemente les haya cogido en un mal día y viceversa.
Gracias por pararte a comentar, Celia… 🙂
Lo entiendo perfectamente. Gracias a ti.
Muy interesante. Como dice Celia, espero esa lista impaciente.
Comparto este artículo en mi página de facebook.
Gracias por compartir la entrada, Amanda. Cada uno de esos enlaces que me dejáis vale su peso en oro… 😀
Creo que es interesante que alguien que sabe te guíe en este micromundo, pero es tan fácil que nos chuleen…que habrá que esperar a que saques el listado y podamos chequear o, en su caso, echarlo a suertes. Gracias
Como yo hasta ahora estoy recibiendo este material y, en el hablas que vas a publicar la siguiente semana un listado de agencias y agentes literarios, no se si ya lo tienes y me lo podrías enviar. Porque no esta demás escudriñar que pasa con esos agentes o agencias. ¡¡¡¡¡¡¡MIL GRACIAS.!!!
Perdona si parezco entrometida, ¿tú tienes agente? Y si la respuesta es sí, ¿cómo describirías tu experiencia? ¿Lo recomiendas?
Hola, Rosario. Yo ahora mismo no tengo agente. Por el tipo de literatura que estoy haciendo (en su mayoría humor fantástico, una literatura de nicho que no tiene demasiado público) no nos saldría económicamente rentable a ninguno de los dos. Si alguna vez cambio de género y me decanto por algo más comercial, en cambio, seguramente sí que intente trabajar con alguno.
Como en todas las disciplinas, hay agentes más o menos profesionales y siempre conviene tener un poco de precaución. Siempre recomendaría echar un vistazo al tipo de editoriales en las que publican sus representados y al tipo de difusión que estos tienen en los medios antes de decidirse a trabajar con una agencia en concreto.
¡Abrazo!