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Si no conoces a Sergio S. Morán, te estás perdiendo algo muy grande. Sobre todo si te gusta el humor fantástico.
Ha colaborado con las revistas El Jueves y Orgullo y Satisfacción, y ha creado los webcomics El Vosque (fantasía y asesinatos perpetrados al alimón con la genial Laurielle), Justice TV y Enseñanza Mágica Obligatoria. Este último comic se convirtió también en juego de rol, así que puedes disfrutar doblemente de él.
Pero si hoy está con nosotros (además de por ser un gran tipo) es porque allá por 2016 publicó con Fantascy la novela ‘El dios asesinado en el servicio de caballeros‘, y porque ahora está financiando su continuación a través de Verkami.
‘Los muertos no pagan IVA‘ será la segunda entrega de la detective paranormal Verónica Guerra, alias Parabellum.
Puedes apoyar esta campaña hasta el 24 de noviembre, pero tampoco te duermas en los laureles.
Si en su primera novela ya llenó Madrid de todo tipo de personajes mitológicos, no quiero imaginar lo que nos puede deparar en esta segunda novela.
O bueno: tal vez sí que quiera saberlo.
Por eso he decidido entrevistarlo y hablar con él sobre este nuevo proyecto suyo y, sobre todo, sobre cómo afronta él este oficio de escribir.
Después del éxito de ‘El dios asesinado en el servicio de caballeros’, publicado por Fantascy en 2016, has decidido autoeditar esta segunda entrega de las aventuras de la detective paranormal Verónica Guerra, alias Parabellum. ¿Qué ventajas tiene para ti esta forma de trabajo?
Autoeditarse tiene un buen puñado de ventajas y desventajas. La desventaja más obvia es la carga de trabajo: tienes que pelearte con imprentas, envíos, buscar correctores, portadistas, llevar la prensa, las redes… Es un trabajo a tiempo completo, y todo el tiempo que estás con ello no estás escribiendo, que es realmente a lo que hemos venido todos. Por suerte ya tengo experiencia en esto y tengo optimizados los tiempos, así que para mí es una parte más del oficio de escritor.
Pero tiene ventajas, por supuesto, si no no lo haría. Por mi parte la económica es una de ellas. Es más trabajo, sí, pero remunerado. Es más que posible que mis números de ventas queden lejos de los que podría alcanzar con una editorial, pero los márgenes de beneficio son tan superiores que compensa económicamente, al fin y al cabo no te llevas solo el 15% que se suele llevar un escritor, sino mucho más.
También es el mayor control de la obra. Tengo que decir que con Fantascy en concreto no he tenido problemas respecto a lo que debería tocar o quitar del texto. Al contrario, todos los cambios fueron con mi consentimiento y normalmente porque era claramente una mejora. Pero no siempre es así, y al llevar tú todo puedes decidir en qué centrar el marketing, dónde podría mejorar la edición, etc.
Y que luego, si como escritor ver tu obra publicada ya te hace sentir como a un hijo, si encima haces de editor la sensación es mayor aún.
Hasta que llevas metidos en sobres uno a uno a 500 de tus hijos, entonces ya lo tirarías por la ventana.
Por si hay algún lector despistado que todavía no la conozca, ¿Quién es exactamente Parabellum?
Verónica Guerra, alias Parabellum, es una detective paranormal. Es a quien llamas cuando alguien te deja una cabeza de unicornio en la cama, o tienes que resolver tu propio asesinato. Se enfrenta a goblins, brujos, vampiros, hombres lobo y algún dios menor que otro y parece que no le tiene miedo a nada.
Pero en el fondo es una humana normal y corriente sin más poderes que una pistola cargada con munición especial y unas gafas que no deja de romper. Le gusta su trabajo, sí, pero cuando llega a casa y recuerda que es mortal y que se ha tirado precipicio abajo persiguiendo a un centauro sospechoso se echa a llorar mientras se pregunta cómo se ha metido en una vida tan jodida y qué puede hacer para salir de ella.
Al día siguiente se vuelve a lanzar precipicio abajo con el coche.
¿Cómo evoluciona la historia en este ‘Los muertos no pagan IVA’?
La historia sigue donde la dejamos en la anterior novela, pero no es necesario haber leído la primera para entender qué ocurre en esta. Verónica se ha metido en otro caso en el que aparecen un saco lleno de gamusinos, un gigante y la Iglesia Católica. Todo muy normal. Pero como todo en la vida de Verónica, no tarda en complicarse. Así que manda todo a tomar por saco y se coge unas vacaciones. Os podéis imaginar cuánto le duran.
Descubriremos muchas cosas y personas del pasado de Verónica, entenderemos un poco más por qué se ha metido donde se ha metido mientras destapa muertos vivientes y más tipos de corrupción por Madrid.
Y todo eso, castigada sin pistola.
Seguramente en algún momento de ofuscación mental pasajera, elegiste el siempre difícil camino del humor. ¿Qué te ofrece este género que no te ofrezcan otros géneros literarios?
Bien, un día de estos quedamos con una cerveza y te hablo durante horas de mi opinión del humor en la novela. O te hago un artículo de setecientas páginas sobre sus ventajas. Soy muy intensito con el tema.
Para mí, en resumidas cuentas, el humor es una herramienta muy poderosa y peligrosa para usar en cualquier obra de ficción. Bien usado puede resaltar los momentos jodidos, puede aligerar los momentos tediosos, puede ayudar a sorprender al lector ¿Habéis probado a matar a un protagonista en mitad de un chiste? Tenéis que ver la cara que se le queda al lector, con la sonrisa congelada intentando comprender qué ha pasado, si es real lo que acaba de ver. Como en la vida real.
Es una herramienta muy útil para medir los tiempos, para hacer que algunas escenas pasen rápido y otras más lento. Para descargar la tensión cuando llevas mucho tiempo tensándola dándole un descanso al lector, o para hacerlo confiarse y luego apuñalarlo.
Además, es MUY divertido. Yo soy de los escritores que escribe aporreando el teclado y luego tengo que quitar chistes muy graciosos porque no era el momento. Me encanta el humor, y creo que nunca podré quitármelo de encima, como mucho podré contenerlo a momentos puntuales.
¿El escritor… nace o se hace?
Conozco muy pocos escritores que no se hayan hecho a base de escribir y trabajar, y conozco menos aún que no hayan nacido, así que diré que ambas.
Tienes que tener algo de vocación, nacer con una chispa de inquietud que te empuje a pasar las horas y horas que vas a echar escribiendo, trabajando, leyendo, aprendiendo y mejorando sin que además te dé un duro. Si no tienes esa chispa, ese impulso o necesidad de escribir, se te hará muy cuesta arriba el trabajo y acabarás dejándolo. Si la tienes pero no la trabajas, la pules y te dejas un poco las pestañas, quizás nunca llegues a acabar una novela, pero al menos igual te lo pasas bien por el camino.
¿Eres un escritor de mapa o de brújula?
Depende de lo que escriba. Si es misterio o acción suelo dejar planificado qué va a ocurrir, quién va a morir, cómo encajan las piezas del puzle. Sé que personaje va a morir en la sexta novela de Parabellum, sé qué va a ocurrir dentro de 4 años en El Vosque. Lo cuál no quiere decir que no cambie de idea a mitad de camino y me tire por un sendero sin señalizar, a ver lo que ocurre. No es la primera vez que los personajes toman las riendas y me cambian el resultado de una escena.
En otras historias, aunque las menos, me siento con media idea en la cabeza y dejo a las manos hacer su trabajo. Pero es posible que me quede sin saber cómo seguir y tenga que parar a mirar las indicaciones, por eso prefiero ir con al menos una idea general.
¿Tienes algún ritual antes de ponerte a escribir?
No mucho. Me gusta tener una bebida (café, cerveza o incluso a veces agua) al lado y seleccionar la música, pero más allá de eso…
Tengo más rituales para pensar el mapa, eso sí. Me gusta ir a correr (especialmente cuando estoy en Asturias) ponerme a fregar o en general cualquier actividad que me entretenga el cuerpo mientras la mente empieza a divagar.
Pero entre novelas y guiones me paso muchas horas escribiendo, por eso no tengo más ritual que ponerme delante del ordenador con música y empezar a darle caña.
¿Usas algún software especial?
No, alguna vez lo he intentado, soy informático, me gusta probar cosas nuevas. Pero realmente siempre vuelvo al OpenOffice o al Google Docs. Lo que sí tengo es todo en la nube con Dropbox y/o Drive. Mi ordenador tiene las especificaciones técnicas de una patata pocha, no me fío y no quiero perder meses de trabajo. Además siempre me viene bien poder consultar cualquier cosa que he escrito desde el móvil.
¿De dónde sacas las ideas? ¿Podemos estar más o menos a salvo todos los que nos cruzamos contigo por la calle?
No. Nadie está a salvo.
Las ideas se me suelen ocurrir mientras paseo, hago ejercicio, limpio la casa… Normalmente es una actividad consciente, intento buscar qué escribir, repasar qué temas, estilos, ideas o ambientaciones me apetecería usar y exploro las opciones. Le doy vueltas a un guión y lo voy masticando mientras corro. Eso para el mapa, y las ideas generales. Para los chistes, escenas concretas, diálogos… esos sí que voy sacándolos mientras escribo, especialmente si ya tengo a los personajes bien definidos.
Siempre he sido de la opinión de que la imaginación es un músculo, y que cuanto más lo ejercites, más lejos podrás llegar.
También me puedo pasar horas boca abajo en la cama incapaz de pensar una idea, ahí se me va tiempo, también.
¿Qué tienes sobre tu escritorio?
Menos un cadáver, de todo. Y no estoy del todo seguro de que no haya uno.
Soy dibujante de cómics, también, así que lo que más me ocupa la mesa son papeles con dibujos, rotuladores, tintas, la Cintiq… También tengo papeles con ideas o tareas pendientes, y unos auriculares y altavoces. Un Daruma aún tuerto que me ha regalado mi amiga y socia Laurielle. Ejemplares de Enseñanza Mágica Obligatoria… Soy un caos.
Creo que me has preguntado en uno de esos raros momentos en que no hay una taza con un café que lleva frío dos horas, pero está el hueco ahí.
A veces está mi cabeza también, con los ojos cerrados explorando el vacío existencial. Pero como molesta para escribir en el teclado la he apartado.
¿Qué consejo darías a aquellos que empiezan en esto de la literatura?
Disfrutad.
Si lo hacéis por hobby, disfrutad, explorar, buscad vuestros límites, cruzadlos, volved a vuestra zona de confort a descansar, jugad con lo que tenéis… disfrutad.
Si no lo hacéis por hobby también, no os olvidéis por qué nos hemos metido a esto. Es un trabajo, hay que forzarse muchas veces, pero seguid disfrutándolo, si no, hay trabajos mejor pagados.
Y otro consejo que me parece importante especialmente de cara a los que quieran meterse más profesionalmente. Conoced gente, hablad con todo el mundo, sed majos, haced amigos. El mundo de la literatura es bastante pequeño, se conoce todo el mundo, como en un pueblo. No seáis el cascarrabias del pueblo, nunca sabes cuándo vas a necesitar ayuda del vecino.
Yo personalmente le debo mucho a muchas personas, sin las cuáles no habría llegado a donde estoy. Que tampoco es muy lejos, pero al menos disfruto de mi trabajo.
¿Qué te ha parecido la entrevista? Interesante, ¿verdad?
Recuerda que sólo podrás apoyar la campaña de crowdfunding de ‘Los muertos no pagan IVA’ sólo hasta el 24 de noviembre, así que… ¡hazlo cuanto antes!
Muy buena