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Con este post empezamos una nueva sección en la que iremos mostrando ejemplos prácticos de qué es lo que se debe hacer y que es lo que NO se debe hacer a la hora de crear una historia.
Cuando sean virtudes, como en este caso, diremos la novela o la película de la que hemos cogido el ejemplo. Cuando sean ejemplos de lo que NO hay que hacer, por aquello que nos enseñaron de pequeños de que se dice el pecado, pero no el pecador, omitiremos esa información para no herir susceptibilidades.
AVISO IMPORTANTE: Estos ejemplos pueden desvelar en alguna medida el argumento de la novela o la película citada, así que… no digas que no te avisamos (de todos modos, intentaremos desvelar tan poco como sea posible).
‘Canción de hielo y fuego’ y las transiciones dentro de una escena
El ejemplo de hoy lo hemos extraído de ‘Choque de Reyes‘, segunda de las novelas que conforman la saga ‘Canción de Hielo y Fuego‘ de George R. R. Martin.
El autor es un maestro de la estructura y, salvo alguna que otra pequeña «trampa» de la que se vale aquí y allá, hace una utilización realmente magistral de los recursos que la estructura pone al alcance suyo.
En esta ocasión, vamos a ver cómo hace George R. R. Martin las transiciones dentro de una escena.
Sabemos que las transiciones entre escenas pueden ser (siempre dentro de un orden) tan bruscas como se desee. De hecho, el modo más usual para cambiar de escena es el de dejar simplemente una línea en blanco. Pero, ¿cómo cambiar de tema dentro de una misma escena? ¿Cómo podemos tocar todos los temas que necesitamos tocar para que nuestra historia siga adelante sin que la transición entre estos temas sea demasiado brusca?
Ejemplo
La guerra se ha desatado y todos los hombres con capacidad de luchar están en el frente. Arya ha sido capturada junto a un grupo de mujeres, niños y ancianos que vivían en un pueblo por uno de los bandos que está luchando en esa guerra.
Los prisioneros que consigan llegar con vida hasta el final del viaje trabajarán como sirvientes de sus nuevos Amos, pero nadie sabe si podrá llegar hasta el final, porque los soldados interrogan a varios prisioneros y los torturan hasta la muerte.
Si alguien sale a defender a alguno de esos prisioneros, lo matan brutalmente… y eso es lo que acaba de pasar cuando comienza este fragmento: una anciana acaba de ser asesinada por intentar ayudar a una joven que estaba siendo torturada.
«-Dejad que el cuerpo se pudra para los lobos (…)
Arya miró de reojo a Aguja, envainada a la cintura de un soldado de barba negra llamado Polliver. “Menos mal que me la ha quitado”, pensó. De lo contrario habría intentado ensartar allí mismo a Ser Gregor, él la habría cortado en dos y los lobos se la comerían también a ella.
Polliver no era tan malo como algunos de los otros, aunque le había robado a Aguja (…)»
Y aquí empieza a repasar cómo es cada uno de sus captores para que los vayamos conociendo mejor.
¿Cómo funciona?
Aquí George R. R. Martin nos cuenta tres cosas:
- Lo brutales que son los captores
- Qué es lo que piensa Arya, para mostrar así cómo va cambiando su forma de ser y de actuar escena a escena
- Convierte a la masa informe de captores en personajes que tendrán una importancia más adelante
Para ello, sigue este proceso:
- Pone el foco en la anciana asesinada
- Caracteriza a los captores: «que el cuerpo se pudra»…
- Pasa el foco a Aguja, la espada que los captores le han quitado a Ayra, haciendo que ella la mire
- Muestra cómo piensa Arya: «menos mal»… «de lo contrario habría intentado»…
- Pasa el foco a Polliver
- Empieza a individualizar a los captores: «no era tan malo como algunos los otros»
Esta táctica de ir cambiando de lugar el foco es una forma muy cómoda de hacer una transición dentro de una escena.
¿Qué opináis de este recurso?
Recurso efectista y efectivo
Dificil superar al gran George R. R, Martin, no solo es buena la historia, la maestría del escritor en cada párrafo es insuperable.
Respecto a la transición entre escenas yo suelo usar la linea en blanco o la focalizacion en otro asunto que pase por la cabeza del personaje.
Yo también soy uno de los seguidores de la famosa «línea en blanco» a la hora de separar escenas. De hecho no me gusta utilizar capítulos a no ser que el propio texto me obligue…
Gracias por pasarte por aquí, Anika.
La transición de escenas es, en definitiva, uno de los recursos más poderosos de Martin. Este autor es uno de mis favoritos. Sus obras son complejas, detalladas, y de buen nivel; y lo mejor de todo es que el avance en la historia es el esperado: Constante, efectivo y revelador.