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Muchos de vosotros ya sabéis que tengo cierta predilección por Neil Gaiman. Puede que no sea el mejor escritor de mundo (de hecho no me cabe ninguna duda sobre eso: no lo es), pero me gustan sus historias y creo que tiene una ética del trabajo que casa a la perfección con mi idea de literatura.
Me basé en su celebre conferencia para mostrar cómo podemos crear un sólido hábito de escritura a través de los objetivos, las tareas y las rutinas, estudié el modo en el que Neil Gaiman utilizaba la anticipación en su novela ‘El océano al final del camino’ y publiqué en una entrada los 8 consejos que Neil Gaiman daría a todo novelista.
Y en esta ocasión quiero detenerme en uno de estos consejos, que me parece de especial interés: «Termina lo que empiezas».
Ni os imagináis la cantidad de aficionados que se acercan a Neil Gaiman para pedirle algún consejo sobre técnica literaria. Y, cuando él no tiene tiempo de hablar mucho tiempo con esa gente y sólo puede darles un consejo en el que se resuma toda su experiencia vital, se limita a repetirles esas mismas palabras.
¿Por qué es tan importante que termines tus proyectos?
Aquí tienes 5 buenas razones para ello:
Adquirirás disciplina
La disciplina es, posiblemente, el mayor de los activos de un escritor. ¿Y eso por qué? Porque si esperamos a que aparezcan las musas para sentarnos a escribir no lograremos avanzar en nuestro trabajo, pero si escribimos todos los días conseguiremos agarrar a las musas por los pelos y las obligaremos a presentarse en cuanto nos sentemos a continuar con ese relato que tenemos a medias
Te obligarás a aceptar tu mala escritura
Os he hablado muchas veces esa cita de Ernest Hemingway que sostiene que «el primer borrador de cualquier cosa es una mierda«. Hay que tener mucha confianza en uno mismo para llegar al final de ese primer borrador. Sobre todo cuando se trata de un proyecto largo, como por ejemplo una novela, y uno está experimentando formalmente y no sabe demasiado bien si está consiguiendo el efecto deseado.
A lo largo de la escritura de ‘La tienda del señor Li‘, por ejemplo, estuve tentado de abandonar el proyecto más de una vez. Me parecía una locura demasiado grande que no iba a interesar a nadie y que, además, no terminaba de tener la cohesión y la calidad literaria que yo esperaba de ella.
Pero llegó un momento del proceso de corrección en el que algo hizo clic y todas las piezas de la novela encajaron en su lugar… lo que nos lleva al tercero de los motivos por los que deberías terminar todo lo que empiezas.
Aprenderás a corregir un texto literario
Un texto literario se escribe realmente a lo largo de su corrección. Es a lo largo de este proceso cuando descubrirás el potencial real de tu texto. Y, si nunca has intentado escribir en serio, tengo que adelantarte que te invadirá una irrefrenable sensación de euforia a medida que vayas viendo cómo los errores de tu historia van desapareciendo y van surgiendo otras soluciones más satisfactorias.
Sabrás hasta dónde puede llegar realmente tu historia
¿Cuándo está terminada una historia? Siempre he creído que esta es una de las preguntas más difíciles a las que jamás deberá responder un escritor. Para mí, una historia debería llegar siempre un poco «más allá» que su antecesora. Debería corregir al menos algunos de sus errores (sería genial que los corrigiera todos pero tampoco le vamos a pedir peras al olmo) y acercarse un poco más a esa perfección que perseguimos en nuestro desempeño con la misma intención con la que otros persiguen otro tipo de utopías: al menos, para caminar.
Y si no terminas tu proyecto, si no escribes ese horrendo primer borrador y si no lo corriges, nunca sabrás lo que hubiera podido dar de sí la historia que estás escribiendo.
Disfrutarás de un inesperado chute de dopamina
A tu cerebro le gustan los problemas… pero le gustan sólo los problemas que tienen solución. Si le pides que trabaje que algún problema irresoluble, sólo lograrás agotarlo y te sentirás un escritor fracasado casi antes de empezar.
Así que ya sabes: lo único que separa a ese sentimiento de fracaso de un maravilloso chute de dopamina es tu tenacidad.
Cuando termines ese proyecto en el que estás trabajando ahora mismo te sentirás genial. ¿Qué digo genial? Creerás que eres el tercer mejor invento de la humanidad después de la rueda y el fuego, y sabrás que eres una persona capaz de resolver cualquier problema literario, por intrincado que éste pueda ser.
Además de eso, sabrás que eres un escritor que va en el buen camino. Y todos los caminos que tienen un comienzo tienen también un final.
Hasta los que llevan a la utopía.
¿Quieres que lo recorramos juntos?
A mí también me apasiona el bueno de Neil! Gran artículo!
Gracias por pararte a comentar, Manuel 🙂
Grandioso.
Ya el borrador que deje, lo he vuelto a armar, gracias por las sugerencias, seguí así y luchá por lo que queres.
Nunca dejes de luchar, Joaquín. ¡Te deseo la mejor de las suertes con ese proyecto!
Me encanto y creeme esas palabras las necesitaba, no solo para mi proyecto literario, sino para mis otros proyectos laborales, gracias has sido una fuente de apoyo.
Me alegro de que te ayudara mi entrada, Janik. ¡Duro con esos proyectos! 🙂