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En la última entrada hablábamos de cómo Neil Gaiman comparaba el camino que le llevó a convertirse en escritor con el viaje hasta la cima de una lejana montaña.
También os comentaba cómo estoy intentando enderezar mi particular camino hacia esa montaña utilizando los objetivos, las tareas y las rutinas.
¿En qué medida pueden ayudarnos estas ideas a no perdernos demasiado en nuestro camino?
Veamos que podemos decir sobre los objetivos:
Los objetivos que te plantees deberían cumplir cuatro condiciones:
«Tener éxito» no es un objetivo concreto. «Vender 10.000 ejemplares de mi novela», en cambio, sí que lo es.
Pero no depende sólo de ti.
Por mucho que te esfuerces en dar a conocer tu obra, las ventas finales dependerán de los temas que estén más en boga en el mercado, de la situación económica de tus lectores potenciales, de la ayuda que puedan prestarte las librerías físicas y online, etc.
«Terminar mi manuscrito», por ejemplo, sí que es un objetivo concreto que depende sólo de ti.
«Publicar mi libro» también lo es. Recuerda que siempre puedes autoeditarte en caso de que tu manuscrito cumpla con todos los requisitos de calidad que le has impuesto como creador, y entiendo que ya es así si has decidido empezar a enviarlo a las editoriales.
Incluso «conseguir 20 reseñas», si es que ya tienes una novela publicada.
Pero ninguno de estos objetivos está acotado en el tiempo.
Tenemos que vencer la inercia que nos hace alejarnos de la silla de nuestro escritorio y el miedo que nos impide teclear una nueva palabra. Y eso sólo sólo lo conseguiremos estableciendo una fecha límite para la consecución de nuestro objetivo. Así nos obligaremos a sacar adelante una cantidad de trabajo concreta cada día: escribir 500 palabras, documentarnos sobre un tema en concreto, etc.
Así que ya sabes: piensa en unos objetivos concretos, ponles una fecha límite, hazte el único responsable de la consecución de esos objetivos, ¡y habrás dado un paso de gigante!
En la próxima entrada hablaré de cómo nos podemos ir acercando a esos objetivos dividiéndolos en tareas.
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Un muy buen primer paso: ponerse objetivos. La verdad es que lo practico vagamente y casi nunca pongo un límite de tiempo. Personalmente, funciono mejor con objetivos bien definidos y un poco de presión por fijarme una fecha límite, así que lo considero un buen consejo. También, otro de mis problemas, es que no me centro en la escritura tanto como lo hago en mis estudios por ejemplo, que tienen poco o nada que ver. Pero eso es otro tema xD
Aún no había acabado de leer la entrada y ya estaba pensando en cómo poner en marcha mis objetivos. Me alegra que en la siguiente entrada comentes las tareas.
¡Gracias por iluminar una semana más el camino del intento-de-escritor que soy!;)
A veces nos cuesta, sobre todo, ser concretos y realistas. Nos creemos que podemos hacer todo aquello que soñamos y no nos damos cuenta que el tiempo es finito. Después nos frustramos y queremos tirar la toalla. Meno mal que nos queda gente como tú para recordarnos que hay que poner los pies en la tierra marcándonos unos objetivos a cumplir. Gracias por toda tu ayuda, Abel.
Excelente tema, lo tomo muy en cuenta, yo por mi parte tengo como meta personal por lo menos entre dos a tres horas diarias, de trabajo para conseguir mi objetivo que es publicar algo de calidad, porque te cuento que me he dado una pasada por cierta editorial, y he logrado ver por lo menos el primer capítulo de algunas novelas que ya fueron publicadas, pero que para mi dejan mucho que desear en cuanto a redacción, ritmo, puntuación, y en algunos casos se ha publicado hasta con faltas ortográficas. Y así no quiero publicar, no quiero publicar por publicar sino publicar algo que valga la pena en todo sentido. O sea en cuanto a su forma y su contenido.
Muchas gracias por la brevedad y la claridad de los consejos. Espero poder seguirlos y así alcanzar la cima de la montaña. Gracias de nuevo.
Hola, tengo una novela a punto de terminar pero estoy atascado. La he corregido muchas veces y he recreado 3 veces el final. No me convence ninguno. ¿Qué debo hacer?
Recién te leo y espero me ayudes.
Gusto en conocerte.
Hola José,
Si no te convence ninguno de los finales, puede que el problema esté en otro lugar de la novela. Yo te recomendarías que revises su estructura para ver si todo termina de tener sentido en tu cabeza. Y, si es así, recuerda que un buen final tiene que ser al mismo tiempo inevitable e imprevisible. Si no se deduce un único final de todo lo que has contado a lo largo de tu novela… malo.
¡Abrazo!